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Redes sociales: entre el autocontrol y el libertinaje

Hay un gran debate en el mundo sobre las redes sociales y su impacto en la cultura, la comunicación y otros aspectos de la vida cotidiana. En buena hora la reflexión y la polémica. Colombia no va ser ajena a la misma, que será compleja, interesante y muy dura.

La aparición de un nuevo medio, canal o instrumento de comunicación siempre ha generado miedo, discusión y mucha expectativa. En efecto, pasó con la imprenta; luego con la radio, después con la televisión; y es lo que viene sucediendo con Internet y las redes.

Las redes sociales, que son canales de comunicación bidireccional y múltiple, han permitido acercar a miles de personas, amigos y afines. Además, facilitan la expresión de la opinión de la ciudadanía en tiempo real, permiten transmitir mucha información, según el interés de cada cual. Están cambiando la manera en que se forma y se transmite lo que algunos autores han mal llamado la opinión pública, otros preferimos hablar de las opiniones de los públicos.

Las redes, al igual que todo el conjunto de elementos que hacen parte de las llamadas nuevas tecnologías (las TIC), a través de esa gran autopista de la información y las comunicaciones que es la Internet, reitero han cambiado la relación con la política, los negocios, el consumo, la economía, la cultura y el entretenimiento, entre otros aspectos.

En últimas, el mundo cambió y seguirá cambiando. Hoy es cierta la “Aldea Global” de la que hablaba Mcluhan, el teórico de la comunicación. El acceso y transmisión de información con fotos, videos, audios, documentos, etc, eran algo impensable hace unos treinta y cinco años, cuando iniciamos a estudiar la comunicación social.

En la década de los ochenta, entre las teorías de las comunicación que se discutían, había, entre otras, dos tesis muy estudiadas: la de los apocalípticos y la de los integrados. Los apocalípticos advertían que el auge de los medios de comunicación de masas, por sus efectos en la cultura, iba a producir un derrumbamiento total de los valores y paradigmas culturales. La industria de los medios de comunicación conduciría a un verdadero infierno.

Y los integrados, la escuela antítesis, planteaban que los medios masivos de comunicación generarían una gran masificación de la cultura, un diálogo entre culturas y naciones y conducirían a un verdadero paraíso cultural. Hoy, con las redes, hay un debate similar.

Pero, ni lo uno, ni lo otro. No hay duda que los medios de comunicación de masas y la Internet han generado muchos cambios positivos en el mundo; acceso a la información, al conocimiento, también, y a la cultura, en toda su expresión. Pero no se puede negar que también han generado cosas negativas: se ha reducido la privacidad, la rapidez con la que se transmite la información hace difícil digerirla, hacer análisis y una reflexión oportuna y adecuada, cambiando los procesos de aprendizaje, mediación cultural, insisto, y hasta el consumo, etc. Pero, hoy ante tanto libertinaje y abusos, es evidente una falta de auto-regulación y control. En un próximo comentario seguiré con este tema.

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Carlos Alberto Maestre: