Importante la estrategia ‘Recuperemos el Mercado’, emprendida por entidades como la Secretaría de Gobierno, Migración, Secretaría de Tránsito, Unidad de Diálogo, Mantenimiento del Orden (antiguo SMAD) y la administración de la cooperativa Mercaupar, la cual va encaminada a rescatar los espacios públicos en el Mercado Municipal, de Valledupar.
Si bien es cierto que la iniciativa es positiva, cuyo objetivo principal es poner orden en el Mercado Público, no se puede olvidar que se trata de un fenómeno complejo que refleja la realidad económica de Valledupar, ciudad que en estos momentos aparece entre las primeras del país con mayores índices de desempleo y con un 65 por ciento de informalidad comercial.
La competencia desleal de los vendedores informales frente a los comerciantes legalmente constituidos, además de la invasión del espacio público y congestión vial, son temas de gran calado social que merecen un análisis más profundo ante la escueta decisión de realizar operativos policivos para recuperar las zonas libres invadidas y controlar las ventas ilícitas.
No se puede olvidar que, además de imponer el cumplimiento de la norma, se requiere de todo un proceso que permita la construcción de eso que los urbanizadores llaman tejido urbano basado en una buena planificación, pero sin dejar de lado el componente social y económico.
Ese es el pulso constante de las ciudades modernas, donde el espacio público a menudo se ve amenazado por la expansión urbana, la congestión y la falta de planificación. Sin embargo, en estos espacios compartidos reside la esencia de la vida comunitaria, la interacción social y la expresión cultural, pero en el que, en los últimos tiempos, ha tomado mayor relevancia el aspecto económico. La gente necesita conseguir ingresos para sobrevivir, tal escenario es el que se está presentando en Valledupar.
Las teorías urbanísticas apuntan a que la primera piedra en la recuperación del espacio público es la adopción de un enfoque centrado en las personas, donde primero se resuelvan las necesidades básicas de la gente y luego sí poner el orden.
Así las cosas, la recuperación del Mercado Publico de Valledupar no puede ser un proyecto impuesto desde arriba, sino que debe ser algo compartido con la comunidad, en donde la participación ciudadana activa, desde la fase de diseño hasta la implementación, garantiza que las voces locales influyan en la forma y la función de estos espacios. La creación de comités comunitarios y la organización de eventos participativos son claves para lograr objetivos integrales con resultados favorables para todos.
Poner orden en esta zona comercial de Valledupar va más allá de la estética; puede ser un motor para el desarrollo económico sostenible, mediante la promoción de pequeños negocios y la organización de eventos, esas dinámicas pueden impulsar la actividad económica local, generando empleo y revitalizando la economía de la comunidad.