Hace varios años empecé a escribir un libro sobre Sara María Baquero Salas, la mamá de Emiliano Zuleta Baquero y ‘Toño’ Salas Araujo, conocida en el mundo social y del folclor vallenato como ‘La Vieja’ Sara, la abuela de los hermanos Zuleta.
Esta mitológica mujer a quien Rafael Escalona y ‘Poncho’ Cotes Querúz, sus compadres más queridos, le brindaron agasajos por doquier, vivió y murió en el corregimiento de El Plan, en límites del Cesar y La Guajira.
‘La Vieja’ Sara fue la mujer más hacendosa y ruidosa de la época a finales del siglo XIX y principio del siglo XX. Sara Baquero nació el 9 de agosto de 1892, en el caserío de El Plan. Fue la única hija legítima de Santa Salas Perea y Francisco Baquero (fusilado junto a dos hermanos) quienes tienen descendencias de Chimichagua (Cesar), España, Riohacha (La Guajira) e Italia. (En el libro hago una descripción completa del árbol genealógico de las familias, de la vena musical de la familia).
Tuvo 10 hijos. El primero (Emiliano -1912 – 2005) producto de un romance siendo muy muchacha con el joven Cristóbal Zuleta Bermúdez. Quedó embarazada cuando apenas cumplía 19 años.
Los testimonios orales de familiares y amigos aseguran que Cristóbal abandonó a Sara Baquero y ella se las arregló con sus hermanas, su mamá Santa y sus tías.
Pero cuando su hijo Emiliano tenía entre 5 y 6 años, ‘La Vieja’ Sara conoció a Rafael Araujo, un hombre trabajador y dueño de unos predios en El Plan. Con Rafael tuvo 9 hijos. De ellos viven Matilde (en La Jagua del Pedregal, La Guajira), María y Carlos, en El Plan.
No dejó de producir ni de hacer sus dulces, almojábanas y también vendía cerveza y chirrinche (ron que sacaban de alambiques).
Esta valerosa mujer que crío la recua de muchachos, incluido sus nietos ‘Poncho’, Emiliano y a Fabio, estuvo dos veces presa. En las postrimerías de la Guerra de los Mil días (1902) un pelotón Liberal irrumpió a El Plan y capturó a todas las mujeres que eran conservadoras, entre ellas a la niña de 10 años Sara Baquero. Una semana después fue dejada en libertad en Valledupar y regresó con su familia a su amado pueblo, en donde falleció un 17 de junio de 1975, producto de un infarto en el corazón.
Años después –ya casada- fue arrestada por vender chirrinche y la trajeron a Valledupar, en donde Eloy Quintero Baute la ayudó a demostrar su inocencia.
Los más enconados músicos la idolatraron y le guardaron respeto, se le rindieron a sus pies, porque ella tenía una fina percepción para distinguir y darle el valor a las cosas terrenales y espirituales.
“Nuestra vena musical proviene de los Salas”, sostiene hoy su sobrino y primo hermano Simón Salas Núñez (96 años), el cantautor con quien tuvo un percance por el ofrecimiento a Rafael Escalona de unas gallinas y ‘La Vieja’ Sara lo trató de mentiroso. Al final quedó una enemistad entre ellos y Simón se fue del pueblo y de su finca ‘La Quinta’, en la Sierra Montaña.
“Recuerdo de la Vieja Sara su alegría desbordante. Los carnavales para ella eran lo máximo de alegría. Cuando llegaba el carnaval le decía a su marido: ‘bueno Rafelito ahora pierdes a la mujer, ya no vas a tener mujer por tres días porque yo me voy a parrandear y bailar, con mis hijas’, afirma Matilde Elina y añadió: “era una gran bailadora de Gaita. Vestía siempre sus faldas largas, de blanco y negro, nunca la vi con faldas de colores y flores”, corroboró Matilde Elina. Hasta la próxima semana.
Por Aquilino Cotes Zuleta
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