I
El poeta José María
“Chema” Maestre, querido;
lirios del patio florido
huelen a melancolía.
Una leve sinfonía
abrazada con la brisa
por el huerto se desliza
conmemorando al poeta,
que ahora descansa en la meta:
eterna estancia sin prisa.
II
Sin prisa posa en la estancia
celestial Casa de Dios,
dejó sus versos y su voz
para vencer la distancia.
Recordamos la elegancia
en su palabra morena
poemas a La Malena
de su tierra Patillal;
la poesía es inmortal
ningún Sultán la condena.
III
La poesía nunca muere,
por ningún golpe es vencida,
siempre ella sigue con vida
aunque el poeta se fuere.
Y por si caso estuviere
en orillas del olvido,
vendrá un ángel elegido
con la llovizna en la mano
y del supuesto verano
hará un edén florecido.
IV
Eterno edén florecido
siempre será la poesía,
audaz con su melodía
para vencer el olvido.
Con el acento medido
el verso bueno se afianza,
se tejen en lontananza
las metáforas campestres;
y dijo Chema Maestre
no tiene fin la enseñanza.
Por Jose Atuesta Mindiola