Los juegos de dominó son muy comunes en nuestra región, además de fortalecer los lazos de amistad entre los jugadores, dejan muchas anécdotas para contar. Desde muy temprana edad atendí a los amigos de mi padre todas las tardes, a la hora de echar una manito, cuando jugaban en la casa. Semanalmente se rotaban y cambiaban de sitio, con doble propósito, para variar las atenciones o para despistar la ubicación y no llegara tanta gente a jugar; pero la camioneta del ‘Monito Cantarín’ era inconfundible, la encontraban parqueada y siempre llegaba el gentío.
Hace más de dos décadas en un mes de enero, pasada las cinco de la tarde, aún el sol estaba en su apogeo, fui a acompañar a mi papá a visitar a uno de sus grandes amigos. No había juego de dominó como de costumbre, pero sí había una parranda vallenata con motivo del festejo del cumpleaños del inolvidable ‘Cuco’ Medina.
Noté que llegamos tarde, el patio estaba lleno de recordados personajes; todo el mundo estaba en silencio, concentrados escuchando las notas de un acordeón. De inmediato pude identificar al maestro Escalona, Andrés Becerra, el ‘Quinqui’ y el combo de jugadores de dominó: José Aponte, Marcos Pérez, ‘Popo’ Daza, Jaime Lacouture, mis tíos ‘Poncho’ Maya, y ‘Poncho’ Cotes Jr, Marcelo Calderón, ‘Toño’ Maya, El ‘Mono Cantarín’, ‘Mane’ Núñez, y otros que no asistieron porque se encontraban resentidos por las picardías que les habían cometido en su casa durante los juegos de días anteriores.
El ‘Cuco’ ha sido el anfitrión más grande que he podido conocer, atendió incansablemente toda la fiesta, como lo solía hacer; viandas poco saludables, whisky y buena música. La parranda transcurría en el patio, y en el kiosco no cabían los invitados.
Hubo un momento que el personal se silenció y se concentró a escuchar las notas del acordeón, y al instante se levanta a cantar un personaje conocido en nuestro folclor, identificado por su característico sentido del humor, Rafael ‘El Pichón’ Rico; cantaba ‘La brasilera’, repetía frases de la primera estrofa de la canción dos y tres veces y no las terminaba, luego brincaba y bailaba de forma jocosa; al instante se levantó Andrés Becerra un poco enojado, exclamó: “Ve, congolocho, cantá’ si ‘vai’ a ‘cantá’, sino lárgate derechito por aquella puerta”. Señalando la salida de la casa.
El ‘Cuco’ como buen consejero que era, no podía dejar que la parranda terminara. Luego muerto de risa quiso poner orden tratando de silenciar el murmullo e invitando a otro de los asistentes a interpretar canciones, luego señaló a mi tío ‘Poncho’ Cotes Jr para que cantara y se enderezó la cuestión.
Del ‘Cuco’ también recuerdo todo el empeño que puso para sacar adelante la producción musical Homenaje y Recuerdo de ‘Poncho’ Cotes, que se grabó en los estudios de Ingeson en la carrera 4, en el año 2000. Nos acompañó en todo el proceso de grabación y comercialización del disco compacto.
Decenas de anécdotas y buenos recuerdos dejó entre sus amigos el inolvidable José Alfonso ‘El Cuco’ Medina. 9 de enero día de su cumpleaños; a través de esta columna quiero homenajearlo y recordarlo como lo que fue, una persona impregnada de carisma que irradiaba alegría entre sus amigos. Un abrazo a ‘Raque’ y a sus hijos Anyela, ‘El Congo’, ‘Calla’ y toda su familia. Dios lo tenga en su Santa Gloria.