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Recordando al Burro Mocho

“No sé si nací en Sapo Muerto, Perra Perdía, en Cereté o en Montería” dice Noel Petro el bromista, el del brinco y del rebuznar. Nombre que adopta el músico-torero porque muchos campesinos usan los burros, aún hoy como único medio para transportar y vender el agua en burro, la chicha en burro, los bollos en burro, medio de transporte y pare de contar. Este reconocido cantante nació en Cereté, Córdoba, el 19 de marzo de 1.936.

A edad temprana se aficionó por la guitarra cuyas primeras lecciones las recibió de Alfredo Henrique un primo hermano. Admirador también de la música de Los Panchos que veía cuando presentaban películas en los cines de Montería. “Viajé a Bogotá y después de un año de hambre durmiendo donde me cogiera la noche, soñando con un suculento almuerzo con bocachico fresco, patacones y suero chorria´o. Al despertar volvía a la realidad. Atravesé por muchas penalidades pero logré hacer mi sueño realidad; tocar el requinto, instrumento que a diferencia de la guitarra tiene más corto el diapasón, es similar a la guitarra. Con él he viajado por varios países del continente”. Relata el Burro Mocho, quien avanzó en los estudios y hoy toca un requinto eléctrico, “con un sonido un poco apecuecado”. “Quiero ser mejor cada día por eso aún hoy practico mínimo cinco horas al día”.

Su obra artística hace la delicia no solo de adultos, sino de los niños. En 1950,  en Bogotá, conjuntamente con  Julio Erazo y Cristóbal Pérez, conformó “El Trío Latino”. Reconocidas sus exitosas canciones: “Azucena”, “La reina de las cruces” y Cabeza de hacha”. Por más de 10 décadas ha alegrado con su presencia, su alegría y su música muchos espectáculos en varios países de Latinoamérica, poblaciones de Colombia, en programas de televisión, más de 50 LPs. El afirma: La música del Burro, bebe por igual de los ritmos costeños, de la terapia africana, del rock and roll, de la ranchera y de la música española.

El Maestro y arreglista Francisco Zumaqué reconoce que Noel nació para ser artista. La muleta y el capote en el toreo lograron cautivarlo también, supo complementar las dos actividades. Es uno de los cantantes más queridos de Colombia y en varios países de Latinoamérica. Brilló en los años 70 con varias de sus canciones y algunas versiones de piezas famosas entre las que pueden mencionarse La Araña y algunas que son patrimonio artístico de Latinoamérica: Ya voy hacia ti, o Espérame entre palmeras:

“Ya voy hacia ti amor mío, espérame entre palmeras como la primera vez.

El viento mueve tu pelo, dulcemente y sin antojo, ay, como la primera vez”.

“Espérame entre palmeras, como la primera vez/ Espérame entre palmeras, como la primera vez”.

La fama

Durante los años 80 la fama del burro ya trascendía fronteras. En Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá era sumamente reconocido y en Colombia llenaba siempre los auditorios donde se presentaba. De esta época son famosos los temas: El Turco, Mi Guerrilla, Playas de nudistas y sus versiones de La Mochila Azul, Zorba el Griego y un popurrí que hizo de Menudo en 1983 llamado Petromenudo, que contenía los temas Súbete a mi moto, Cámbiale las pilas y el clásico de palito Ortega Despeinada.

La originalidad que le imprimía a sus canciones por muy pedestre, arrabalera o estrambótica que fuera su letra, era el sentimiento, la misma dulzura con que pudiera recitar a Vallejo. Reconocido como el padre de la música electrónica en Colombia, como uno de los mejores compositores del siglo XX.

En su actual agrupación tocan sus dos hijos menores y aún sigue ofreciéndole a sus invitados y amigos salchichón con chocolate y mandándole el saludo que lo caracterizó por muchos años a su madre ya fallecida: “¡Mamá! Estoy triunfando, mándame pa’l pasaje”.

Por Giomar Lucía Guerra Bonilla

Categories: Cultura
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