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Recomendaciones para elaborar los planes de desarrollo

Entran nuestros alcaldes municipales y la gobernadora departamental en un periodo caracterizado por el afán de elaboración de sus planes de desarrollo y no sobra mandarles algunos mensajes de apoyo para su construcción.

Para el efecto nos basaremos en la cartilla “El Cesar y Valledupar frente a las elecciones 2023” del Centro de Estudios Socioeconómicos, CESORE, por ser no sólo un excelente instrumento de ayuda, sino la única iniciativa que conocemos al respecto. En su momento manifestamos que ese aporte de CESORE era un ejemplo de cómo un ‘Centro de Pensamiento’ de carácter regional con oportunidad y alta calidad técnica servía a la buena gerencia pública.

Con cifras y evidencias muestra, en el primer capítulo sobre demografía, la importancia de atender el tema del embarazo adolescente, analiza los cambios en el tamaño de la familia que son sólo hoy día 3.4 integrantes por hogar y hace mucho énfasis en el bono demográfico. El alto número de jóvenes que hay en el departamento, a quienes debe ofrecérseles con prioridad educación pertinente, técnica, tecnológica o profesional; y educación sexual y reproductiva.

En el componente social, aparte del análisis que se hace del desempleo y la pobreza monetaria, multidimensional y de Necesidades Básicas Insatisfechas , NBI, es importante la invitación a que las inversiones públicas se hagan con el fin de cerrar brechas sociales, en particular, en aquellos derechos que están más atrasados por ofrecer a la población. Hay un análisis por municipios sobre cuáles son las necesidades más sentidas, para que los planes de desarrollo ojalá concentren los recursos en dichos déficits y no en obras suntuarias o innecesarias. En lo ambiental también hay recomendaciones para apoyar las iniciativas comunitarias de la sociedad civil que ayudan a proteger y conservar el medio ambiente.

El capítulo de seguridad, denominado ‘la vida y la muerte’ , es clave, por la zozobra que actualmente vive el departamento y Valledupar. Se analizan no sólo los homicidios. Se llama la atención a dos tipos de muertes violentas cuya atención debe tener prioridad en los planes de desarrollo para evitarlas, las muertes por accidentes de tráfico —buena parte de ellos, se han conocido recientes estadísticas, se producen con motocicletas— y los suicidios que se han elevado notoriamente en el territorio.

Finalmente, está el capítulo de ‘diversificación económica y transición energética’, un llamado a prepararnos para cuando en una década o en tiempo similar se vaya marchitando la industria del carbón, principal generador de ingresos fiscales. Por ello hay que innovar y diversificar y hay que prepararse académicamente para los nuevos retos.

El corolario del informe es contundente: todo lo anterior, es decir la condición para que se cumpla con buenos planes de desarrollo, es la transparencia y el correcto uso de los recursos. Con corrupción no hay desarrollo, con coimas y sobornos no hay buen empresariado ni buenos ciudadanos y sin suficientes bienes públicos no hay bienestar.

Categories: Editorial
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