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Realidades de la alimentación escolar en Valledupar

Los desayunos y almuerzos escolares suministrados por el gobierno nacional a los colegios públicos, se convierten en un tema de controversia para la comunidad. Para muchos es motivo de alegría y ayuda pero para otros es todo un suplicio y tormenta.

Falta de menaje (platos, vasos y cucharas); carencia de infraestructura adecuada debido a que muchas instituciones no tienen cocina o un espacio adecuado para la entrega de alimentos; ausencia de mesas y sillas suficientes para la demanda de estudiantes; constituyen algunas de las debilidades que percibe la interventoría del programa Applus en algunos colegios de la ciudad.

Ciertos padres de familias y profesores se quejan de que las raciones son muy escasas para los requerimientos nutricionales de los niños. Otros aseguran que el programa no cubre la totalidad de los estudiantes en las aulas de clase.

Posición de la operadora del programa

Katia Camargo Plata, representante de la firma operadora del programa de la alimentación escolar en Valledupar, aseguró que aunque dotan del menaje, en muchas instituciones se pierde en menos de un mes, puesto que los niños tienden a llevarse la cuchara, plato o vaso para la casa.

Aseguró que falta mayor compromiso por parte de rectores y profesores para hacer valer los implementos que les sirven de ayuda a los pequeños.

Con respecto a las raciones, enfatizó que esta alimentación es un complemento no un suplemento nutricional, lo que quiere decir que el padre de familia está comprometido con que su niño reciba el desayuno y almuerzo en casa.

Sobre las quejas de que la comida no alcanza o no es suministrada a la totalidad de los estudiantes, aclaró que los cupos se dan a través del Registro del SIMAT y se presentan casos donde los alumnos no están reportados en el sistema.

En cuanto a la infraestructura de los comedores, puntualizó que como operadores no están comprometidos con ese tema, sin embargo dotan de refrigeración y estufas.

El ICBF, la Gobernación del Cesar y la Alcaldía de Valledupar, son las entidades involucradas en el programa de alimentación escolar. La primera brinda los desayunos y la segunda y tercera se encarga de los almuerzos en colegios de estratos uno y dos.

  • El diario El Pilón recorrió varias instituciones de Valledupar (Herazo Palmera’, ‘Santo Domingo’, sede Loperena; colegio ‘Villa Yaneth’ y ‘Denis Zuleta’ para constatar la situación.
  • En Valledupar, el ICBF entrega 545 desayunos, la Gobernación entrega 563 almuerzos y la Alcaldía 569 almuerzos.
  • Destacado:
  • El ICBF se encarga de suministrar la minuta y los gramos que deben entregarse a cada niño del programa de alimentación. En total se manejan 21 menús.
  • En el Cesar hay 143 mil 720 cupos, en los que se invierten 19 mil 168 millones 999 mil 773 pesos.

OPINE

Nery Garay, docente: “La calidad de la alimentación me parece muy buena. El aspecto que me gustaría que mejorarán es que aumentarán la cobertura. Aquí (colegio ‘Santo Domingo’, sede Loperena) sólo se le brinda a 20 estudiantes por curso, cuando son 35”.

Marcela Suárez, coordinadora del colegio Santo Domingo:“Este año se ha notado que el programa ha tomado los correctivos que se le hicieron ver en su momento como la calidad del pan y el balance de los alimentos. Lo que sugeriría es que autoricen compra de más provisiones para que las comidas sean más copiosas, puesto que en la actualidad se le suministra lo mismo a un niño de preescolar que a uno de quinto de primaria”.

Rosa Betín, madre de familia: “La cantidad de la alimentación la noto escasa. Los niños suelen quedar con hambre, aunque al final sobra bastante alimento. ¿Qué hacen con esta comida? si se supone que es destinada para los estudiantes”.

Yuranis Castro, madre de familia: “La alimentación unos días es buena y otros mala. Los almuerzos son balanceados pero poquitos; los desayunos si los veo grave, porque a veces reparten comida que no nutre al niño”.

 

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