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Reabrir la frontera: ¿Oportunidad o Amenaza?

Sun Tzu fue un general chino que vivió hace más de 2.000 años, es más conocido por escribir el libro “El Arte de la Guerra”. La importancia del libro se resume en las estrategias aplicables en los ejercicios militares, asimismo, ese compendio de recetas es utilizada en los negocios e incluso en los deportes. 

En el libro Sun Tzu, dejó muchas enseñanzas abreviadas en frases. Por ejemplo, la siguiente cita para comprender y analizar las fortalezas y debilidades de una empresa o un país: “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria obtenida también sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla”.

Durante la campaña, el presidente Gustavo Petro, planteó lo que será realidad a partir del 26 de septiembre, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela, es decir, reabrir la frontera de 2.000 kilómetros que comparte Colombia con la Venezuela del presidente Nicolás Maduro. En 2008 el intercambio comercial rozaba los 7.200 millones de dólares, pero todo cambió a partir de 2015. Según la Cámara Colombo-venezolana la reapertura de la frontera podría significar para la presente vigencia un intercambio entre 800 millones dólares a 1.200 millones dólares.

La pandemia de COVID-19 no significó el fin de la globalización; por el contrario, el comercio mundial de bienes ha vuelto a crecer en medio de la continua interrupción de las cadenas de suministro causada por la pandemia y la guerra en Ucrania. No obstante, según la visión del Atlas de Crecimiento Comercial inaugural de DHL, en 2023, el comercio internacional se desacelerará debido a la guerra en Ucrania, pero pronostica que la guerra tendrá un impacto global mucho menor en el comercio que la pandemia. Desde esa perspectiva, reabrir la frontera constituye una serie de oportunidades. 

El comercio abierto y los países que trabajan juntos seguirán siendo impulsores cruciales de la prosperidad en el futuro, como ha sido siempre. El comercio ha sido y seguirá siendo constructor de puentes que fortalecen la comunidad global. Sin embargo, estos procesos también han considerado decisiones razonables entre costo y riesgo, para que no solo sean eficientes, sino también seguras. El caso Colombo – venezolano no es excepcional, pese a las diferencias recurrentes que han llevado al rompimiento diplomático y comercial, la ausencia de coordinación y control binacional, han profundizado las dinámicas de conflicto en la frontera. Para que el intercambio comercial, las relaciones humanitarias y políticas sean de mutuo beneficio se hace estrictamente necesario que ambos países combatan la amenaza que representan los grupos criminales que transitan de lado y lado en el área fronteriza, provocando e intensificando la inseguridad de la población.

Aunque la reapertura de la frontera convive con variables complejas, es pertinente tener en cuenta la coyuntura energética mundial y el anuncio de Haitham al-Ghais, secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que aseguró el miércoles pasado que “Venezuela tendrá un papel clave en la atención de la demanda energética mundial”.

Todo proceso que reinicia o inicia es susceptible de complicaciones, la reapertura de la frontera Colombo – venezolana, los trae consigo. Tendrán que trabajar muy duro ambos gobiernos en seguridad y confianza, para que el reinicio signifique aprovechamiento de las oportunidades y mitigación de las amenazas. Ante este nuevo escenario es menester que la cámara de comercio de Valledupar y los gobiernos territoriales, preparen en conjunto una estructura propositiva para aprovechar las oportunidades, si no, lo han hecho, lo más probable es que volvamos a enfrentar las amenazas.

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