La convención internacional de la Organización de Naciones Unidas, define a quien padece una discapacidad como una “persona con discapacidad”; sin embargo, todavía hoy en muchas situaciones se les nombra como “ciegos”, “sordos” lo cual para la comunidad sorda es una forma despectiva de referirse a ellos. Raúl Robles Zárate, profesor del CDV y modelo lingüístico en Valledupar, considera que es importante que la persona sorda se miente con su nombre y en su esencia integral sin ser menospreciado.
El docente dijo, además, que anteriormente se subvaloraba a las personas sordas y solo se dedicaban a las labores operativas y manuales, porque se creía que eran personas con retardo mental. “En la casa le decían pobrecito tiene problemas, pero hoy en día eso ha cambiado, ahora estamos de igual a igual porque estudian primaria, bachillerato, hacen estudios universitarios y técnicos de manera normal. Ellos ahora no están pendientes de la discapacidad, sino de lo que pueden hacer y dar en la sociedad, el futuro de ellos es claro”, afirmó.
Sin embargo, pese a los avances y los diversos instrumentos internacionales y leyes nacionales, las personas con discapacidad todavía tienen barreras para participar en igualdad de condiciones con las demás personas en la vida social y se les sigue violando sus derechos humanos en muchos ámbitos.
En tal sentido, la Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los derechos humanos, hizo una serie de recomendaciones en el 2007 en el sentido de sensibilizar a la sociedad, incluso a nivel familiar, para que tome mayor conciencia respecto de las personas con discapacidad y fomentar el respeto de los derechos y la dignidad de estas personas.
Así mismo, luchar contra los estereotipos, los prejuicios y las prácticas ofensivas respecto a las personas con discapacidad; promover la toma de conciencia sobre los aportes que pueden hacer las personas con discapacidad orientadas a poner en marcha campañas de sensibilización pública destinada a fomentar actitudes de apertura sobre los derechos de las personas con discapacidad y promover percepciones positivas y una mayor conciencia social sobre estas personas.
Persona ejemplar
Dentro de la programación desarrollada en la Casa de la Cultura, cabe destacar la exaltación de Rolando Alberto Rasgo Rodríguez, quien es un líder ejemplo para la juventud sorda teniendo en cuenta que se ha destacado en varios cargos de dirección a nivel nacional, entre ellos la subdirección de investigación y desarrollo, proyecto educativo bilingüe bicultural para personas sordas, presidente de la Liga de Sordos Deportes Bogotá y asesor del Instituto Nacional para Sordos, entre otros.
Rasgo Rodríguez es vallenato, pero a los 12 años se trasladó a Bogotá, donde terminó la primaria a los 17 años, se graduó como ebanista, se vinculó a actividades deportivas de personas sordas y luego como directivo, pasó a las actividades de educadores de básica primaria y desde esa fecha se desempeña como modelo lingüístico que permite aprender la lengua de señas.