Por: JOSÉ M. APONTE MARTÍNEZ
Rafael Escalona era un hombre único no solamente como compositor, sino como persona, tenia algo de lo cual los demás carecían y por eso se hacia merecedor de cosas excepcionales, como la que narraré en este artículo.
Escalona alterno su actividad musical con la agricultura, a la cual hizo alusión en varias de sus canciones, en el paseo El Villanuevero cuando dice “No se preocupe compadre que yo le bautizo el pelao, porque Escalona no sale del algodón que ha semabrao”; en el paseo Señor Gerente emocionado exclama: “Señor gerente yo que voy hacer con el dinero que me prestó, llegó el gusano y se comió el arroz y ahora no tengo con que responder”.
Su finca Chapinero se encontraba ubicada en la región de Callao, principal centro algodonero del Valle en donde la mejor fecha para sembrar era entre el 30 de Julio y el 10 de Agosto y Jorge Dangond Daza, el villanuevero más importante, servicial y avispao que ha llegado a esta tierra, era el algodonero de mayor hectareaje, creo que llegó a sembrar 2000 hectáreas y el 7 de Agosto ya tenia todas sus tierras sembradas, rociadas con Cotoran y Laso y le había llovido duro ese día lo que aseguraba una buena germinación, lo que era un paso importante para una buena cosecha y Jorge salió alegre para Valledupar, pero al llegar a la entrada de Chapinero entró a saludar a su amigo Escalona y lo encontró desesperado, pues ni siquiera había comenzado a arar y solamente tenia 2 tractores en mal estado y los implementos fallos. Jorge ante la tragedia que estaba viendo se sonrió y le dijo que no se preocupara tanto, que de pronto él que era tan de buena, sembraba tarde y llovía en Diciembre y terminaba cogiendo más kilos que los que ya habían sembrado y lo invito al Valle y al llegar a La Bolsa, Jorge pidió whisky y mandó a buscar a Colacho. Rafael se irresponsabilizo al mejor estilo de Juancho Ovalle y durante 5 días se olvidó del algodón y siguió parrandeando con Darío y El Turco, que de común acuerdo con Jorge no le dejaban ir. A los 5 días sorprendido por el silencio de Memo, el simpático, aguantador y buenazo de Adelmo Dam, su agrónomo, que no lo había buscado para algún repuesto o plata para los trabajadores o la comida, resolvió regresar y cuando llego y vio lo que había, creía que era mentira pues la finca estaba en su totalidad sembrada y una avioneta aplicaba los herbicidas y para rematar su buena suerte en la tarde cayó un aguacero no tan duro, exactamente como se necesitaba para una buena germinación.
¿Qué paso?, sencillamente que la buena estrella de Rafael, como siempre lo protegió y Jorge que tenia 20 tractores nuevos con equipos impecables, al llegar a Valledupar con Rafael, calladito le mandó un papelito a su administrador ordenándole que se trasladara con toda la maquinaria, arado, rastrillo, sembradoras, semillas y herbicidas para donde Escalona y se vinieran cuando terminaran de sembrar el ultimo rincón de Chapinero y así lo hicieron y cuando Rafael vio lo que pasó, exclamo: ¡Esto solamente lo hace un villanuevero que se llama Jorge Dangond Daza!, porque los sanjuaneros no acostumbran a hacer esta clase de favores. Se devolvió para Valledupar, lo buscó, lo encontró, consiguieron a Colacho y siguieron la parranda no ya en la Bolsa, sino donde Petra Arias, en el Cañaguate, barrio donde él, Rafael, como que tenia algo pendiente por resolver…