Domingo 1 septiembre. El cantautor, arreglista y productor musical Fabián Corrales, hizo el lanzamiento de su nuevo trabajo en el centro recreacional La Pedregosa de Comfacesar en el marco de este evento como oportunidad era propicio para cualquier figura nueva por ser organizado por Javier Fernández, una especie de samurái de la radio, maestro de maestros en el micrófono, especialista conocedor de la historiografía de la música tradicional vallenata, logrando el puesto número uno en sintonía, yo sé que este periódico lo leen por internet en otros países, así es que para esos lectores del exterior, informo que Javier Fernández en Valledupar, es un formador de locutores exitosos, su estilo es inconfundible y así forma a sus epígonos.
Debido al fuerte ajetreo que tuve en el Festival La Perla del Norte en Cúcuta, donde alterné con el poeta campesino Marciano Martínez, me dediqué a recuperar los sueños perdidos, por lo que llegué al evento cuando el poeta de las flores de calaguala, Fabián Corrales, finalizaba su presentación. Sobran elogios para este juglar urbano, cada fin de semana está más activo que antes.
La champeta salió de los pelaos que vendían pañoletas, bronceadores y refresco en las playas de Cartagena, ellos salieron de las playas y nosotros de los caminos reales, lo cual hace que los mire como de los nuestros, Javier, también lanzó ese día a un champetero.
Que por su calidad hizo que yo le preguntara a Javier: “¿Quién canta?”. Y respondió: “Keyvin C”. En realidad, el pelao es una calidad de cantante”.
Bueno yo le pedí a Javier que me presentara a Rafael de Jesús, cuando llegó el hijo del Cacique alguien le dijo a Javier, ya está en el quiosco, el maestro de la radio me tomó por el brazo y nos fuimos, allí encontré a un hombre flacucho con cara de pelao y de señor a la vez sencillo y humilde, con rasgos muy del Cacique, los hijos de Diomedes también heredan el carisma y ese jale que hace que la gente los espere. Javier sometió a Rafael de Jesús a la “prueba de fuego” en La Pedregosa al alcance del pueblo vallenato.
Su aparición fue eléctrica, el público se emocionó y de ahí para allá había un Díaz parado en la tarima y el público era de él, la gente cantó, lloró, aplaudió. Tiene los defectos y virtudes de los Díaz, cuando comienzan, pero este caballero con tres años de tarima será Diomedes y Martin Elías a la vez. El olfato de Javier Fernández es admirable. Rafael de Jesús, ahí están mis canciones.
Por: Rosendo Romero Ospino.