Por José Manuel Aponte Martínez
Cuando un pelao es travieso y anda con otros amiguitos todo lo malo que hacen se lo achacan a él, esa lotería se la gano mi nieto Nando hace unos tres años, porque hoy ya con nueve, es un niño ejemplar declarado “Orgullo Bilingüe” en su colegio, por su comportamiento, altas notas y consumado deportista, que en compañía de otros pelaitos abrieron la jaula donde “La Miche” tenía un loro hablador que no había tenido el cuidado de cortarle las alas y cuando se vio libre alzó el vuelo y no lo volvieron a ver, confirmando de que “conejo, loro y gato” tres animales ingratos; la Miche lloró a su loro, que se llamaba Álvaro y le daba vivas al partido liberal y abajo a los godos, pero lo más importante era que hacía de despertador y a las 6 de la mañana llamaba a mis lindas sobrinas Daniela y María José para ir al colegio.
No hubo forma que le creyeran a Nando de que él no había sido y yo fui condenado a reemplazar a Álvaro por un loro pichón, porque lo loros viejos no aprenden a hablar, lo encargue en el Mercado Nuevo, que ya de nuevo no tiene nada y por mucho tiempo no fui donde la suegra de mi hermano Rafael, pues cada vez que iba recordaba a su loro y el moqueo era inevitable.
Estando en ese afán llegue a mi casa y al bajarme del carro encontré en la calle un loro y enseguida me acorde de la Miche, le tendí la mano y mansamente me dio la patica, mire para todos los lados y no vi a nadie, abrí la maletera lo metí y arranque con él para Villalba, pero cuando llegue a Cicolac, me acorde de Rafa, el loro mas hablador que he conocido de propiedad de mi vecino Lucho Pimienta y reflexioné y pensé: ¿y si este es rafa el compañero de Lola, la guacamaya más grosera que hay, quien aguanta a Lucho” y me devolví para cerciorarme y encontré todo normal, le pregunte a Mary Poly si no había ninguna novedad y ella me dijo que todo estaba en absoluta calma.
Nuevamente arranque y cuando iba a entrar a los Altos de Villalba a entregar el lorito, de nuevo pensé en Lucho y otra vez me devolví y cuando Mary Poly me vio, me dijo: Ahora sí, hay un desastre el mundo se va a acabar se robaron a Rafa, el hijoeputa loro de Lucho y el anda vuelto loco, los pelos del mostacho se le pararon, echa baba y quiere matar a Myrna y María (Señora y suegra) y le dio una limpia a Lola, pues la muy puñetera la tiro al suelo y yo creo que van a tener que amarrarlo.
En ese instante, apareció Lucho amarillo y sudoroso y antes de que me dijera nada, pues con seguridad Rafa al oírlo iba a formar una algarabía, abrí la maletera y emocionado le dije: Lucho, ahí está lo acabo de encontrar en el lote de los Morón, que así le dicen a pesar que no es de ellos; lo cogió, lo abrazo, se dieron la lengua y llego Myrna también llorosa y me dijo gracias José Aponte, pero este, señalando a Lucho tiene que pedirme perdón y a mi mamá o de no lo dejo, pero que va era paja de ella no lo dejo y están felices como siempre con Rafa y Lola.