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¡Quiero una vida aburrida! ¿Y tú?

Es viernes por la noche, el celular suena y los mensajes llegan con invitaciones a salir, pero si la respuesta es: “No quiero, mañana debo ir a la universidad o al trabajo”, te consideran aburrido (a). Si no aprovechas un “papayazo”, si no trasnochas, cenas temprano, no tomas alcohol, respetas a los mayores, o le eres fiel a tu pareja, eres considerado (a) aburrido (a). Lo que las personas no dimensionan, es que el aburrido, con el pasar de los años, logra obtener buenas notas, graduarse con buen promedio, ser ascendido en el trabajo, relaciones familiares sanas, estabilidad laboral y, de paso, obtener casa, carro y beca.  Pero resulta más curioso y llamativo, cuando la respuesta es: “No quiero, prefiero quedarme en casa con mi familia”, toda vez que es considerado extraño para muchos, que alguien desee compartir con sus padres, o se sienta a gusto con su pareja y con sus hijos en casa. Lo que en este caso no dimensionan es la capacidad de estas personas para disfrutar del presente, de vivir en calma y tranquilidad, de valorar lo que tienen y sembrar un futuro estable.

Existen personas que quieren casarse, pero vivir como solteros; quieren un empleo, pero vivir descansando; quieren unos padres, pero para sacarles dinero y no compartir con ellos; quieren una vida tranquila, pero incomodando a todo el mundo; quieren buenas notas, pero no tener que estudiar; ¿es en serio?

Lo que muchos consideran ser aburrido, es sinónimo de rutina, confianza y estabilidad; todos quieren trabajar en una empresa predecible, pero no ser el empleado predecible; queremos que la vida actúe como un relojito, siendo nosotros una locomotora que cambia de carril sin sentido y sin dirección.

Pese a la decepción de muchos, las personas aburridas son aquellas que logran alcanzar sus metas, ya que es precisamente una mente tranquila, la que logra definir objetivos, planear estrategias, evaluar sus actos y realizar ajustes cuando sea conveniente. En cambio, una persona inestable, inquieta con deseos insaciables de cambio, acción y diversión, que busca siempre estar entretenida o entretener, anhela tanto vivir libre y sin frenos, que termina estrellada, y cambiando de metas, cuando en realidad lo que debe hacer es cambiar de estrategia y tomar la decisión de ser una persona aburrida.

Bueno, ya dejaré la ironía de lado; en realidad, no estoy hablando de personas aburridas, toda vez que para mí son personas muy pero muy interesantes, que cautivan e inspiran a través de hábitos que construyen y edifican a largo plazo, pero lastimosamente la sociedad los tiende a tildar de aburridos, toda vez que en lugar de perderse en los deseos y el placer, contemplan la paz que hay en una vida tranquila. Comienza a ser una persona interesante, que no se deja cautivar con migajas, y aléjate de las personas tipo comida rápida, siempre listas y dispuestas, ya que no tienen nada que cuidar en sus vidas; si deseas algo para cuidar, debes aprender a proteger, de lo contrario, eso que cuidas, buscará alguien que lo valore de verdad.

La diferencia entre éxito y fracaso, radica en las decisiones que tomas; elige ser interesante, con fuertes convicciones y no fácil de convencer. Nunca cedas a los caprichos de otro por algo efímero que a la larga, no vas a poder sostener.

Ma. Angélica Vega Aroca.

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