Si hacemos un análisis político actual, sin tomar referencia alguna del pasado, es fácil concluir en dónde estuvo la mejor gestión pública realizada en este periodo para con nuestro departamento y en manos de quién o quiénes, se llevó a cabo.
La política no es nada fácil cuando no existe capacidad de enfrentar los problemas que asolan nuestro medio y más aún cuando las intenciones de solución son nulas en cuerpo y mente del protagonista indicado, el cual ha sido elegido por el análisis detenido del elector decente, el ciudadano común y el pueblo amaestrado para esgrimir un voto sin concepción propia.
Todo esto ha dado como resultado, la mayoría de las veces, una mala escogencia para un pueblo que necesita de hombres de pujanza, curtidos de la capacidad de servicio, experiencia y de sentido social, como los tuvo esta región en un pasado no muy lejano, dentro de todos los grupos y partidos políticos tradicionales.
Pero muy pocos se inscriben o postulan sus nombres para cargos de elección popular, unos por lo costoso del tema político y su sistema electoral, otros por el desinterés total para con estas actividades y algunos para seguir usufructuando lo público, que como suceden y han sucedido las cosas, para lograr mejoras absolutas en esta carrera.
La política debería considerarse como un servicio social obligatorio, donde se asome el estado como intermediario y surja la competencia sana que incida en la mejoría total en los sistemas de elecciones populares. Si no hay competencia es imposible mejorar la calidad y el servicio social, temas inherentes a esta actividad de la política.
Como están las cosas, todo indica que seguiremos en las mismas por mucho tiempo, pero entonces debemos poner mucho cuidado si hemos de elegir entre nuevos candidatos con notorias hojas de vida, otros que nunca han hecho nada, u optar por los conocidos, por esos que por lo menos hayan tenido una capacidad de gestión bastante aceptable en términos administrativos y de servicios.
Son preferibles los candidatos conocidos, aún con los supuestos desafueros endilgados en otros procesos, sobre los cuales no se han dado pronunciamientos por parte de las autoridades competentes que los juzgan, si es que se han dado acusaciones formales, para no dejarnos abrazar de chismes, malos entendidos y odios políticos que son refrescados casualmente en estos momentos electorales.
Debemos reelegir sin distingo de colores políticos y que de acuerdo con investigaciones, análisis de resultados de sus operaciones administrativas y sociales, como de relaciones para con sus electores, hay nombres dentro del partido Conservador en especial (Equipo Azul), claves para una selección aceptable a la Cámara de Representantes y nombres nuevos dentro de otros partidos y alianzas usuales, que no se deben pasar por alto y para tener en cuenta.
El chismoso nunca ve la realidad como tal, por estar pendiente de comentar los males en vez de las bondades en los demás; entonces vale la pena el análisis equilibrado de la gestión realizada.
En cuanto al Senado valdría la pena analizar los que existen como candidatos iniciados en estas lides, como otros por buscar espacios, en especial del sur del departamento; algunos quieren mostrarse popularmente, ya que siendo acreedores de los buenos comentarios como profesionales y personas con sentimientos sociales bien arraigados en el ambiente, podrían ser una buena selección para estas posiciones, teniendo en cuenta que el sur del Cesar necesita de oportunidades, siendo este un buen momento para lograrlo y que además con un voto disciplinado podríamos elegir hasta cuatro senadores para nuestro territorio.
Hay nombres para escoger así que preparémonos para una buena selección, o para que salga a relucir el voto en represalia contra los que no han podido hacer nada.
Aun así, sigo insistiendo que es mejor malo conocido que bueno por conocer y que además si pertenecen a nuestra tierra, si sus raíces son puras, si tienen sentido de pertenencia, en cualquier momento la vergüenza y la sociedad habrá de castigarlos si no dirigen sus actuaciones hacia el rumbo correcto.
Primero lo nuestro, pero sin maltratar lo ajeno, ahí está la justicia y solo cuando actuamos bajo los temas de la democracia bien entendida.
Hay que ser regionalistas; con candidatos de otras esferas, no tendremos nunca quien nos tienda la mano.
Por Fausto Cotes Núñez