Por Julio Mario Celedón
Recientemente publicaron en este diario la noticia de la desaparición de aproximadamente un caballo por día en los últimos meses, suceso que indudable y tristemente debe estar ocurriendo para la venta clandestina de carne equina, muchas personas en estos días deben de haber estado comiendo literalmente “Bistec a caballo” pensando que es res, eso no es lo preocupante, porque a la larga la carne de caballo no es mala y es muy apetecida en las cocinas de otras latitudes, es más; algunos dicen que es mucho más saludable y sabrosa que la vacuna, en la gastronomía francesa es muy utilizada, al igual que en la canadiense, la Mongol y muchísimas otras, lo malo son las condiciones de insalubridad en la que estos pobres animales son sacrificados, dado que lo hacen en mataderos clandestinos sin los más mínimos requisitos de higiene, allí radica el verdadero problema.
Este flagelo se debe a una pésima organización del gremio de carromuleros, comenzando porque deberían tener un registro oficial de cada animal, mantenerlos debidamente marcados con un hierro o algún otro tipo de identificación, estas pobres bestias después de un agobiante y extenso día de trabajo forzoso, son soltados para que busquen que comer, lo cual hace que estos ganados deambulen tratando de alimentarse, precisamente cuando debería estar es reposando para renovar sus energías para una nueva jornada de carga. ¿Si estos animalitos le dan sustento al carromulero, por qué estos a su vez no son recíprocos y les tienen su agüita y pasto fresco al final de cada faena? Lo que ocasiona que anden a la deriva toda lo noche rebuscando en los lotes, solares baldíos y bolsas de basura algo para alimentarse, haciéndolos presa fácil de los ladrones, ¿entonces de qué se quejan sus propietarios?, Si ellos tuvieran a sus animales con el debido cuidado, “amarrados” con una cuerda larga en un determinado sitio en donde ellos pudieran pastar o comer lo que sus amos les brinden, de seguro esto no pasaría, de hecho muchas personas que derivan su sustento de esta actividad, los mantienen bien cuidados, que es lo justo con estos bellos y nobles animales. Pero en otros casos los ve uno a diario jalando unos carruajes mal diseñados, con solo una tracción (dos llantas) cuando debería tener dos tracciones y así disminuir la carga y el esfuerzo del maltratado cuadrúpedo, además de la cantidad de latigazos que les dan paraobligarlos a que avancen en medio de su cansancio, es allí cuando uno piensa ¿Quiénes son los verdaderos animales? Hago un llamado a mi amigo Fredys Socarrás para que ponga en cintura a este gremio, se reúna con señor José Calderón, presidente de esta Asociación para que organice su gente, el municipio debería ceder en calidad de préstamo, ciertos lotes baldíos (que los hay en abundancia a lo largo y ancho de la ciudad) para que sean usados temporalmente como potreros de engorde, los cuales deberían estar vigilados y así evitar el hurto de estos caballos.
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