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¿Cómo quebrantar nuestra sordera interior?

A veces vamos por la vida caminando en búsqueda de respuestas a múltiples interrogantes, desconociendo que en ocasiones las preguntas son más importantes y fundamentales que las respuestas. Sobre todo, porque una buena pregunta lleva en sí misma el germen de la respuesta anhelada o inquirida. Quiero aprovechar este espacio de opinión para lanzar un elenco de interrogantes sobre situaciones que pasan en un país lejano, llamado AIBMOLOC, gracias a Dios nada parecido al nuestro, del cual tenemos mucho que aprender para no caer en los mismos errores:
* ¿No estamos cansados ya de observar cómo la ambición por el poder enceguece a los hombres, llevando a muchos a ejercer un dominio opresor sobre los otros; a construir imperios del lujo, la apariencia, la superficialidad, la fama y hasta más, sin importar el daño que se cause a los recursos naturales, pues lo que interesa es llenarse sus bolsillos, aunque los de muchos queden vacíos a causa de la ambición?

* ¿Cómo callar frente a la escandalosa cifra de aproximadamente cuatro billones de pesos robados al sector de la salud en el país de AIBMOLOC? ¿Cuántos son los millones de dólares despilfarrados por la corrupción en diferentes cárteles políticos, llámese contratación o cártel de las togas?
* ¿Cuántos pobres que tenían derecho a los mejores tratamientos médicos nunca accedieron a ellos por culpa de ese crimen, comparable quizá a un “genocidio”?

* ¿Por qué seguimos pensando que el problema de AIBMOLOC, radica en las visiones de derecha o izquierda, poniendo rótulos de buenos y malos para unos y otros respectivamente, ignorando que la maldad y bondad subsisten en el corazón de cada ser humano, simplemente por el hecho mismo de ser persona, de ser hombre, varón o mujer?

* ¿La negligencia de algunas autoridades locales en la entrega de recursos a los damnificados del invierno u otros desastres naturales, acaso no evidencia el desequilibrio de la Ecología ambiental y la Ecología humana?

* Con ocasión de los desastres naturales, deberíamos preguntarnos; ¿No es como si la Naturaleza elevara un grito a nuestras conciencias, intentando quebrantar nuestra sordera interior e invitando a escuchar la voz del Creador y la de tantos hombres que sufren la miseria y el horror?

* ¿Tal vez, como no somos capaces de escuchar a quiénes tocan nuestras puertas en su indigencia, escuchemos la Voz de la Naturaleza, con sus truenos, rayos y centellas?

* ¿Sabe usted cuál es ese país de AIBMOLOC?, ¿quiere usted hundirlo más o ayudar a sacarlo del atolladero?
Por ahora se las dejo ahí.

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Juan Carlos Mendoza: