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¿Qué vamos a hacer con el agua?

Es una pregunta que debe hacerse en todos los escenarios. El agua no es un asunto solo de los gobiernos, sino del sector privado, de las organizaciones sociales, de las etnias, de los docentes, de los estudiantes, de la familia, que es el núcleo de la sociedad. El futuro es desalentador para las fuentes hídricas de agua en Colombia, y por supuesto que de los departamentos del Cesar y La Guajira.

Hoy gran parte de los habitantes de esta región sufren y elevan voces para que atiendan la necesidad de agua en los quehaceres diarios y productivos. No es un problema a largo plazo, es un problema actual, latente, que se vive con intensidad en época de verano, pero que crece con el paso del tiempo. No porque llueva en estos momentos se va a solucionar el problema, la situación es más grave de lo que se imaginan.

El recién publicado Estudio Nacional del Agua (ENA) hace una perfecta fotografía de lo que sucede en el país, y se convierte en una herramienta que debe llevar a la integración del conocimiento sobre el estado del agua, en relación con su oferta hídrica, demanda y condiciones de calidad a nivel nacional. No en vano trabajaron para hacer este estudio 25 entidades ambientales y gubernamentales, así como asociaciones, federaciones, empresas del sector productivo y universidades colombianas.

Son esos mismos actores los que deben ahora en cada región mirar qué es lo que sucede y cómo se puede parar la catástrofe. Por ejemplo, los ríos Cesar y Ranchería tienen alerta roja, su estado es deplorable y por eso están en la lista de los afluentes con más problemas.

Recomendamos a los gobernantes, a las organizaciones sociales ambientales, a los rectores de colegios, a los presidentes de Juntas de Acción Comunal, a la Iglesia que entre otras cosas difunde la encíclica verde del Papa Francisco, analizar y tomar este estudio como punto de partida para aunar esfuerzos y concretar acciones, pero no acciones de papel, sino de verdad, que se pueda comprobar y verificar su impacto.

Aún estamos a tiempo, no todo se ha perdido. Aún contamos con una importante oferta hídrica, no la dejemos desaparecer.

Categories: Editorial
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