Por Mary Daza Orozco
Hay palabras que aparecen de pronto, se instalan en la conversación diaria y ahí se quedan. A pesar de que son castizas dañan el buen hablar y se convierten en otro vicio contra el idioma- No se pudo con el ‘colocar’ mal utilizado; ni con ‘al interior’; ni con ‘a motu propio’; ahora hace su aparición ‘el tema’, pero antes de hablar de él, aclaramos los anteriores: ya se ha dicho con insistencia que el verbo colocar solo se usa para lo tangible, Ej. Yo coloco un lápiz en la mesa, pero no para lo intangible, es un error decir: Yo coloco mi esperanza en Dios, o me coloco vieja.
En cuanto ‘al interior’, es en el interior, en el interior del recinto; y lo correcto es ‘motu proprio’, sin la ‘a’ del principio y no ‘propio’ sino proprio.
Vamos ‘al tema’, se proliferó, ya nadie lo detiene y se llega a extremos insólitos, como lo que me dijo una amiga: Voy a visitar a Anita por el tema de su operación; qué tanto le costaba decir que iba a visitarla porque estaba enferma o sencillamente porque la operaron. Y otra: Voy a ver dos películas para pasar el tema del aburrimiento del domingo.
La RAE hace ingentes esfuerzos para que se hable correctamente, pero las modas locas llegan con virulencia y se quedan, en este caso la gente no se quiere quedar atrás, y cree que es más elegante utilizar palabras donde no son solo porque las escucharon a alguien en los medios, a un personaje que quiere llamar la atención y hasta por muletillas de alguien, que parecen sonoras.
Hace tres días estuve conversando con una señora con la que nunca había cruzado un saludo, ella es rica, vive en un hermoso apartamento, ha viajado mucho; digo esto para aclarar que no se trata de alguien que no haya podido estudiar con mucha facilidad; en un instante me contó su vida, entre todo lo que me dijo, le escuché una frase lapidaría: “…tuve que dejar a mi marido porque es un bebedor costadinario”; pensé y pensé en tantos significados para esa palabreja; será que cuenta denarios, la antigua moneda romana, pero ¿dónde los consigue? O quizás las ve en su delirio etílico, o será que es una versión del paga diario, o que bebía en la costa a diario.
Pasé el día buscando la palabra y no la encontré, seguiré investigando porque tengo un vicio consuetudinario, ¡ah esa es! la palabra, bebedor consuetudinario. Decía que tenía el vicio de desentrañar significado de términos que nunca he escuchado y es divertido. Sólo espero que ahora ‘costadinario’ no vaya a hacer carrera como ‘el tema’. Hasta aquí llego, y sería horrible asegurar que es por ‘el tema’ del espacio.