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¿Qué significa para Colombia el ingreso a la OCDE?

Hay hechos noticiosos que se presentan y si a la gente común y corriente, a la gente sencilla, de la calle, como uno, no se les explica, no los entienden. Y eso es normal, la tarea de los periodistas es informar, pero informar para formar a la gente, para enseñarle. Eso me parece que puede ser lo que está sucediendo con la aceptación de Colombia a la OCDE – Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico. Un tema aparentemente para especialistas.

Pero, no hay tal. En primer lugar, la OCDE es un organismo internacional, pero no es un banco, es un ente asesor en materia de políticas públicas, políticas económicas y sociales. Una especie de centro de pensamiento que sirve para compartir experiencias exitosas en esas materias.

En total son 36 países los integrantes de la OCDE. Colombia sería la Nación número 37. De América Latina, ya estaban México y Chile, están en lista de espera países como Brasil, Argentina, entre otros países de la región.

El acceso a la OCDE no es fácil ni gratuito. En primer lugar, la aceptación significa que Colombia es un país que viene desarrollando unas políticas económicas y sociales serias, responsables, con visión de futuro. Y tiene su costo, entre cuatro y cinco millones de euros anuales, algo cercano a los doce mil o quince mil millones de pesos, según el tamaño y otras características de nuestra economía.

Y en efecto, Colombia ha sido un país responsable en el manejo de su política fiscal y de endeudamiento, como también de su política monetaria y cambiaria, a cargo de un organismo autónomo como es la Junta Directiva del Banco de la República.

¿Cuál es la relación costo-beneficio de pertenecer a la OCDE? ¿Es conveniente o no pertenecer a un organismo como ese? Bueno, el costo ya lo mencionamos, eso es mucho o poco si Colombia aprovecha su posición de socio. A esa condición, como país, le podemos sacar mucho provecho.

Colombia tiene que seguir mejorando sus políticas económicas. En el plano tributario y fiscal, hay unas tareas pendientes; igual en el tema de pensiones, hoy el modelo que tenemos no es sostenible; debemos mejorar la formalidad, hoy tenemos muchos negocios y empleos informales, se requiere avanzar en la formalización. Hay que seguir la lucha contra la pobreza y la búsqueda de mayor equidad.
En conclusión, el ingreso de Colombia a la OCDE, no es motivo para cantar victoria. Implicará serias y complejas responsabilidades a los próximos gobiernos. La política económica y social debe ser más equitativa, buscar un crecimiento más incluyente; redefinir la política de subsidios, como también la de empleos y salarios.

El ingreso de Colombia a la OCDE debe ser ratificado por el próximo Congreso de la República y respaldado por el próximo Presidente, bien sea Iván Duque Márquez o Gustavo Petro Urrego. Pero más allá de ratificarlo; tanto el legislativo, como el próximo ejecutivo, y el sector empresarial y sindical deben comprender y comprometerse con lo que significa entrar a la OCDE. No se trata, como ha dicho un destacado columnista de un diario bogotano, el ingreso de un país pobre a un Club de países rico. Es mucho más que eso, siempre y cuando sepamos utilizar ese nuevo escenario para construir un mejor país, con mayores tasas de crecimiento, empleo y bienestar.

Consultor económico y empresarial*

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Carlos Alberto Maestre: