Por: Jorge Naim Ruíz.
Debo iniciar aclarando que no son los Molina Araujo santos de mi devoción, y que no soy apoderado de oficio de ellos, ni comparto la forma como estas familias han manejado históricamente los recursos provenientes del Festival de la Leyenda Vallenata, pero también debo manifestar que el pleito visceral entre Evelio Daza, con apoyo de anónimos, y los Molina Araujo, tiene diversas y tal vez oscuras motivaciones que no conozco y por ello no puedo entrar a ventilar en este escrito.
Sí puedo hablar con suficiente conocimiento de causa sobre la conveniencia o no de que el Festival Vallenato pase de ser un evento realizado por la empresa privada a adquirir el carácter de estatal o público, que a la postre al parecer es lo que quiere Evelio Daza Daza.
Es muy posible que Evelio tenga razón en la acción popular que acaba de ganar en primera instancia, con intermediación del Procurador General de la Nación, en el sentido de que el terreno donde hoy funciona el Parque La Leyenda no fue adquirido por la Fundación en forma legal; también le asiste razón a Daza cuando pregona que la familia Araujo Molina no le ha rendido, como debe ser, cuentas a la comunidad sobre las ganancias que arroja el Festival y no le ha dado a esos recursos la destinación que ordena la Ley; sin embargo, no creo que el remedio a esos males sea precisamente que el Municipio de Valledupar tome las riendas de la organización del evento y paso a explicar mis razones.
El Festival Vallenato es el evento folclórico más importante de Colombia y costear su realización vale hoy miles de millones de pesos, los cuales son financiados por la empresa privada con patrocinios, y pienso que también con el valor que cobra la fundación por ingreso a los espectáculos; hay quienes afirman que el evento debe ser totalmente gratuito para el público, es decir, que el Festival dejó de ser del pueblo cuando lo sacaron de la plaza Alfonso López y se lo llevaron para el Parque La Leyenda donde se cobra por el ingreso.
En muchos pueblos del Cesar y la Guajira se realizan Festivales financiados ciento por ciento por el Municipio y debo confesar que me da mucha tristeza y creo que no hay derecho a que los recursos públicos se dilapiden de esa manera, existiendo tantas necesidades básicas insatisfechas y tanta miseria en nuestra gente; por eso siempre he pensado que este tipo de eventos deben ser organizados por la comunidad, mediante fundaciones o corporaciones sin ánimo de lucro, que en caso de obtener utilidades las reinviertan como ordena la Ley o la empresa privada así en este último caso se obtengan beneficios económicos particulares, porque sería un contrasentido pedirle a la empresa privada o comercial que trabaje sin ánimo de lucro.
Por lo anterior, no estoy de acuerdo con que pensemos en que parte del presupuesto del Municipio de Valledupar se utilice para contratar artistas nacionales e internacionales y entregar una gran rumba gratuita para que habitantes y turistas sean felices. ¿Será eso lo que quiere Evelio?.
Es muy cierto que existe una Fundación sin ánimo lucro que es la que organiza el Festival y se encuentra integrada por más de 35 miembros escogidos y no todos son integrantes de la familia Molina Araujo, pero no es menos cierto que la hegemonía en esa fundación la ejercen estos y que, por decir lo menos, los demás miembros de la Fundación son convidados de piedra y nunca conocen lo que ocurre con la parte económica de la organización.
Comparto plenamente la idea de democratizar el Festival de la Leyenda Vallenata; ello implicaría que la organización estuviera a cargo de una entidad privada sin ánimo de lucro, con amplia participación de la sociedad civil y especialmente con rendición de cuentas a la comunidad de manera pública y transparente, pero, sobre todo, que las utilidades que arroje sean reinvertidas en semilleros de cultura en la región y en promoción, difusión y preservación del folclor vallenato.
Si en la encarnizada pelea de Evelio y los Molina Araujo hay ingredientes que desconocemos y actos delictivos de parte y parte, debe ser la justicia y los organismos competentes quienes se pronuncien como en el caso reciente lo hizo el Tribunal al fallar la acción popular, pero ese no es el meollo del asunto; la cosa importante consiste en qué va a pasar con el Festival; ¿es conveniente que pase a manos del Estado o que su realización la haga la empresa privada?.
Como ya dije, yo no creo que el estado debe ocuparse de hacer jolgorios, descuidando su función principal que es servir a la comunidad y promover su prosperidad, así que no hay que buscar el ahogado rio arriba o, como dice otro adagio, la fiebre no está en las sábanas.
COLOFÓN: No nos interesa la pelea de Evelio y los Molina Araujo, lo que verdaderamente nos importa es el folclor vallenato y el Festival, que no es un patrimonio de ellos, ni un legado de nadie, sino un patrimonio cultural de la Nación.
jorgenainruiz@gmail.com