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¿Qué se espera para la zona minera?

Retomamos el resultado actualizado de los ‘diálogos improbables’ sobre el llamado corredor minero, para decir que un primer acuerdo, fue la identificación de que el departamento se vio envuelto, aceleradamente, en una coyuntura de cambio y transición anticipada con el cierre de las operaciones de Prodeco.

Si bien es cierto que ello no significó un cierre definitivo de la explotación – de hecho, las dos terceras partes de la producción anual proviene de Drummond – sí puso de presente, en el caso del municipio de La Jagua de Ibirico, el impacto tan severo de la dependencia de los sectores público y privado de la actividad minera.

Se parte de la base de que el mundo debe migrar hacia una matriz energética más limpia, y en ese camino la transición energética, como asevera el documento del ejercicio adelantado “lo que nos está ocurriendo le está pasando a muchos territorios del mundo, y por lo tanto debemos insertarnos en esa conversación global”.

El otro gran acuerdo a que se llegó es a definir que las causas que llevaron a la actual coyuntura energética mundial, y en particular a la aceleración parcial de la transición, son estructurales, variadas y complejas y requieren soluciones integrales; que debe desarrollarse una visión de largo plazo, y un nuevo pacto social regional, un Pacto de Gobernanza.

¿Qué elementos debe incluir ese pacto? La confiable información es vital, la generación de confianza, la corresponsabilidad de gobierno nacional y territoriales y un activo liderazgo regional propositivo, sin exclusiones y con participación de los jóvenes para construir una visión compartida, ambiental y educativa, y un cambio comportamental para superar las prácticas de egoísmo, individualismo y corrupción. En el camino de una innovadora diversificación económica y social.

Participarán en ella la academia, los empresarios, los gremios, las organizaciones sociales, los medios de comunicación y la dirigencia política.

Son las acciones concretas: Prodeco debe honrar sus compromisos de cumplir las obligaciones laborales, sociales, fiscales, ambientales y mineras. El gobierno debe facilitar eficientemente ese cierre minero y en tiempos razonables, junto a la inversión social y preservar las infrestructuras que deja Prodeco. La definición de una hoja de ruta del diálogo, porque la conversación es un continuo y no ha terminado.

El departamento debe ser un piloto de transición energética ordenada y transformadora para ser replicable incluso a escala internacional, comprometiendo en ella al nuevo gobierno nacional. Darle la importancia a los procesos de planeación municipales. Generar un movimiento ciudadano dinámico y participativo, activo en todo tipo de escenarios.
La creación de un fondo económico grande para la transición y una instancia para estructurar y gestionar proyectos trascendentales que integren innovación e investigación, para atraer capital y la diversificación productiva de la región.

Categories: Editorial
Tags: zona minera
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