La historia de los países de América Latina tiene aspectos comunes en cuanto a la problemática social, económica y política, sin lugar a dudas, pero también presenta diferencias sustanciales entre uno y otro, que ameritan un análisis cuidadoso, detallado y separado. No es bueno, como sucede con los observadores de otros continentes, algunas veces, y nos meten a todos los latinoamericanos en la misma canasta.
En efecto, una cosa es Colombia y otra, bien distinta, Venezuela; una cosa es Argentina y otra, también distinta, Chile. Estos países próximos geográficamente en nada se parecen en cuanto a su cultura, su economía y su evolución política.
En las últimas semanas, he podido ratificar esa tesis de las particularidades de América Latina. Tengo la opinión particular, que Chile y no Argentina, México o Brasil, el país de mayor cultura política en nuestra región. Lo he visitado varias veces y he seguido de cerca sus procesos políticos y económicos.
Voy a resumir algunas de sus episodios más importantes en las últimas décadas. En 1970, Chile eligió democráticamente la opción socialista del médico Salvador Allende, por el movimiento Unidad Popular, con el apoyo de la izquierda de Chile, una de la más antiguas y organizadas del continente, y la adhesión del famoso y extraordinario poeta Pablo Neruda. Neruda declinó su aspiración en nombre del Partido Comunista Chileno y decidió apoyar a Allende, quien luego lo nombró embajador ante la República de Francia.
Allende inició su gobierno socialista, nacionalizó la explotación del cobre, que hasta entonces había estado en poder de empresas norteamericanas, realizó importantes avances en materia de política económica y social, pero el país comenzó a vivir momentos de crisis y a sufrir el sabotaje de gobiernos extranjeros, en asocio con grupos internos, que llevaron a una gran carestía y al colapso de su economía.
Pinochet, con el auspicio del gobierno de la gran potencia, como todos sabemos, le dio el golpe a su compañero de logia, e inició una operación grande contra las organizaciones sociales y los movimientos de izquierda. Era la época de la alianza contra todo lo que oliera a comunismo en esta parte del mundo. Las cifras de la masacre están allí para la historia, y el veterano militar reconoció que no tenía con quien hacer la política económica y le mandaron a un grupo de economistas de EE.UU., egresados y docentes de la famosa Universidad de Chicago.
En lo político hubo la transición a la democracia, una sucesión de gobiernos liberales moderados, Patricio Aylwin fue el primero; luego Eduardo Frei, posteriormente Ricardo Lagos; después la presidenta Michel Bachelet, médica, a quien le fue bien en sus dos mandatos. Y después Sebastián Piñera, el actual mandatario, empresario y multimillonario, a quien no le ha ido nada bien.
Hace algunas semanas, luego de un aumento en las tarifas del Metro de Santiago, se rebeló el Chile que rechaza la desigualdad y volvieron las protestas. Ya no se podía seguir diciendo que era el “modelo” en materia económica, la desigualdad es alta, los beneficios del crecimiento no han llegado a toda la población y la clase media se ha sentido golpeada. Y ahora nos preguntamos qué pasó?, con el país de Neruda y Gabriela Mistral. Dónde terminará todo esto y qué pasará en la convulsionada América Latina?. Reina la incertidumbre.