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Qué nos está pasando

Al día de hoy lo que deseamos es llevar una vida sana, y para ello no se requieren grandes esfuerzos, ni cambios drásticos en nuestro día a día, es más fácil y sencillo de lo que podemos imaginar, y conseguir un mundo mejor es algo que todos juntos podemos lograr.

En el siglo pasado, el siglo XX, la sociedad, las nuevas tecnologías y los adelantos científicos avanzaron frenéticamente. No tuvimos tiempo de pararnos a pensar en las futuras repercusiones que estábamos causando al planeta, y a nosotros mismos. Nadie se preguntó: ¿a dónde va todo esto que tiramos a la basura? ¿Qué es ese humo que sale de las fábricas? ¿Por qué los recursos naturales se están agotando? ¿De dónde vienen todas esas enfermedades que sufrimos? ¿Dónde se ha ido nuestro tiempo libre y la energía que teníamos antes?

De pronto no es muy arriesgado decir que fuimos felices viviendo en la ignorancia, pero ahora estamos viendo las consecuencias: nuestra salud y la de la Tierra están en peligro. El incremento de enfermedades como el cáncer y las alergias, las crisis alimentarias como la de las vacas locas y la gripa porcina, el agotamiento de recursos naturales como la madera y el agua y el cambio climático están relacionados directamente con la falta de atención hacia nuestro planeta y a nosotros mismos.

En el presente cada vez más nos enfrentamos diariamente con noticias que nos bombardean sobre enfermedades globales, la contaminación del aire, del agua y el cambio climático. Hay tanta información que no sabemos qué pensar a quien creer y, sobre todo, que podemos hacer. Son temas importantes y personales que afectan a nuestra salud, a nuestro día a día, a nuestro futuro y a las generaciones venideras.

El grupo intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático, que reúne a los principales y más respetados científicos del mundo, lleva más de 20 años estudiando el cambio climático. Estos especialistas están de acuerdo en que los problemas del medioambiente y las consecuencias sobre nuestra salud son inminentes y reales. Si no actuamos rápido, nos enfrentamos a posibles consecuencias peligrosas como sequias e inundaciones devastadoras, la subida global del nivel del mar, condiciones climatices cada vez más extremas y la propagación de enfermedades peligrosas. A pesar de un pronóstico tan devastador, todavía hay esperanzas y nos aseguran que aún no es demasiado tarde, y que hay una solución.

Pero fíjense que la solución somos nosotros, sobre las decisiones que tomemos y las opciones que elegimos en nuestras vidas. No suponen enormes sacrificios, ni un cambio drástico en nuestro estilo de vida, menor calidad de vida, ni gastar más dinero. Es simplemente adoptar unos sencillos hábitos, llevar una vida un poco más sostenible y consumir de manera más responsable, asegurándonos de que viviremos una vida más sana y más feliz en un mundo mejor.

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Hernan_Maestre_Martinez: