X

QUE MÁS DA

Desde mi cocina:

Por: Silvia Betancourt Alliegro

Querido lector:
Ahora que Salvatore Mancuso acusa, te mando esta columna mía publicada en El Pilón, el miércoles 6 de septiembre de 2006, para refrescar la memoria:

¿Que más da, si Carlos está vivo o enterrado, si con sus restos no fueron sepultadas sus acciones atroces?

Soporto con estoicismo los titulares hablados y escritos, no me conmueve la muerte aplicada  por la ley del Talión, que alguna vez le tocará el turno a su verdugo, nadie lo puede dudar.

Quisiera hoy tener acceso a todos los titulares de los diarios de años pasados, cuando nos enterábamos de las horrendas masacres perpetradas por orden suya, de las que nos informábamos con lujo de detalles mientras engullíamos el almuerzo; por su causa, la mentalidad colectiva actual está enferma, ávida de crímenes que comentar de sobremesa.

Prácticamente nos están induciendo a que sintamos lástima por Carlos, mientras nos insertan en la psiquis su imagen activa y altiva frente a sus pelotones de aniquilamiento – que fueron heredados por sus más allegados- Tal cual como el gobierno vende el patrimonio del pueblo: con su capacidad instalada y clientela cautiva.

No hay retórica que anule para siempre las malas acciones de los hombres en su paso por la vida, gracias a Dios limitado, porque ¿imagina usted lo que sería saberse eterno al lado del diablo y su comitiva obsequiosa y consecuente con su malignidad?.

Es posible que el montaje escénico en torno a la entrega de los jefes de verdad,  verdad,  de toda la patria, sea el preciso, junto a los siempre bien llegados partidos de fútbol, para que el grueso de la población pase por alto otros actos que también pueden catalogarse como masacres, pongamos un ejemplo: la reforma tributaria.

Todos estamos a la espera de los golpes infames al bolsillo menguado, tramando de qué manera sobreviviremos a este atentado contra la salud del conglomerado, porque la salud preventiva empieza con una buena alimentación, con la tranquilidad que se pueda sentir en el diario pasar,  bajo la expectativa alegre de saber que nuestros hijos estarán seguros y satisfechos con sus perspectivas para el futuro.

Pero aquí en nuestro suelo cualquier anhelo común y corriente es utópico, aquí no hay ningún Mesías, porque el que casi todos señalan como la más cercana definición criolla del Redentor, no es más que un pobre hombre cansado y desorientado que quiere mostrar la pretérita intensidad que le caracterizó, pero el aceite y el combustible se le están agotando, y esta segunda etapa de su regencia apenas está comenzando.

Nota actual: Estaba equivocada, aún se viste de tigre.

Las reformas tributarias en Colombia nunca se han tramado para favorecer a los consumidores, que también pagan impuestos, pero disgregados; se hacen para recompensar los ‘generosos y desinteresados’ aportes que hacen la banca, la industria y el comercio a las campañas electorales municipales, departamentales y nacionales.

Y para completar, anotemos que Carlos y su combo también cobraban impuestos; ignoramos si esos negocios también fueron transferidos junto con sus tropas. Pero de lo que sí podemos estar seguros es que la guerrilla sí lo sigue haciendo, además de otras arandelas que utiliza, entre ellas la más escabrosa: el secuestro.

Estamos dispuestos a morir de inanición, pero eso sí, ejerciendo nuestro derecho a votar.

Categories: Columnista
Silvia_Betancourt_Alliegro: