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¿Qué le espera a Colombia?

Arrancó un nuevo gobierno, con gente relativamente joven, pero con ideas anacrónicas; la derecha es la ideología más antigua de la humanidad, nacida del mismo tronco que dio origen a las religiones; son dos sentimientos gemelos que fomentaron la división social y la creación de clases sociales. Desde el génesis se estableció la diferencia entre Caín y Abel, este ganadero y aquél campesino. Las ofertas de Abel agradaban al Señor, el mejor de los ganados horneados, holocausto le llamaban; Caín solo podía ofrecer los frutos de la naturaleza pero parece que estos no eran del agrado de Dios, así reza la Biblia.

El Código de Hammurabi, escrito 1776 años a. C, por orden de Marduk, el supuesto creador babilónico de la humanidad, estableció que esta estaría compuesta por gentes superiores, plebeyas y esclavas; igual encontramos en el Zend Avesta de los persas; la diosa china Nüwa, supuesta creadora del universo, de la arcilla amarilla sacó la clase noble y del barro negro los esclavos. Otras mitologías rezan lo mismo pero ya no estamos para mitos.

, aún, los hindúes clasifican a la sociedad según su casta, los otomanos según su religión y los norteamericanos según su raza. ¡Absurdo! La desigualdad ha sido la norma base sobre la cual se han edificado casi todas las teorías económicas de la humanidad; eso lo veremos en los próximos cuatro años. La tenencia de la tierra será la parte más sensible del gobierno, esa que ha nos producido las grandes confrontaciones bélicas; la guerra Farc – “paras” (Estado y privados) ha sido eso. Nuestro Gini rural, que mide la desigualdad agraria, es el más alto del mundo y el gobierno que inicia tiene como meta mantener este top ranking.

Toda reclamación de tierras, justa o no, será sofocada a sangre y fuego; por el desayuno se conoce el almuerzo, desde ya, sin haber iniciado el periodo, cualquier reclamación está penada. Está demostrado que el feudalismo hace improductivas a las tierras fértiles y la propiedad privada de suyo no es un medio de producción. Tampoco la estatización es la solución, y solo la democracia liberal, con gran respeto recíproco entre sus poderes, puede hacerlo. Pero, por lo planteado en la campaña uribista a la presidencia, el poder judicial debe ser raquítico y de bolsillo.

Los próximos cuatro años, pasarán en esta discusión que es vital para la democracia; minimizado este poder, estaremos a las puertas de una dictadura. ¡Que los arcanos salven a Colombia!

Por: Luis Napoleón de Armas P.

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