De Duque, en su periodo final, listaremos unos propósitos de cierre en el departamento. En lo social es clave que la matrícula cero para la educación pública superior se materialice y, para la formación técnica, se destinen recursos del Sena para atender a las sedes que ha hecho en los últimos 5 años el departamento en San Alberto, Curumaní, Chiriguaná, Chimichagua, Bosconia; en La Jagua de Ibirico y la nueva de Valledupar (Panamá). Dé recursos para el Colegio Nacional Loperena, pues el gobernador parece quedará mal para los 80 años; y contrate la Fase II de $80.000 millones de la Universidad Nacional. Todo por la educacion: de la pandemia quedó un déficit, por menor presencia y nuestra baja conectividad.
Que le gire los dineros que le adeuda al Hospital Rosario Pumarejo de López por la atención a migrantes.
Que el programa de empleo juvenil -al que se le aplica un subsidio de $ 250.000- se dinamice. La nación debe invitar a la entidades territoriales a complementar el subsidio para motivar a los empleadores a desarrollar sus empresas en el respectivo territorio, y lograr superar el desempleo del 34 % de la población departamental hasta los 28 años, más de mujeres. A apurar los programas de vivienda. En lo rural se deben impulsar los silvopastoriles y de ganadería regenerativa, la asistencia técnica y el financiamiento.
Definir si habrá un decidido apoyo a procesos como los de cacao, aguacate, ajonjolí, sorgo, marañón o, incluso, el del algodón. Y el establecimiento de una cobertura de precio y tasa para los arroceros, a los cuales el subsidio al almacenamiento les es insuficiente. El hecho de que la sede más próxima de la Agencia de Tierras (ANT) haya estado en Santa Marta no debe evitar orientarla hacia Cesar y La Guajira.
Reactivar cuanto antes la explotación de Prodeco, en su cabeza o de terceros; levantar restricciones legales sin sentido y facilitar la transición hacia el gas, fósil más limpio, e inaugurar los 3 macroproyectos solares prometidos en Cesar y los eólicos guajiros. Y entregar obras de Guajira Azul, los estudios de segunda etapa de la represa del Ranchería y los definitivos del embalse de Besotes. Terminar las vías de la región como Valledupar-La Paz (con amplia socialización antes de definir accesos a las dos cabeceras municipales), Codazzi-Cuatro vientos, y entregar, antes de concluir mandato, la doble calzada Ruta del Sol de Valledupar a Plato, y hasta San Roque y El Copey, como haber contratado la concesión del río Magdalena.
El Gobierno nacional debe hacer un seguimiento riguroso a la destinación y contratación de las regalías del carbón, y a los proyectos que vienen siendo aprobados en los municipios PDET; en la mayoría de ellos estos dineros de paz superan 3 veces los rubros de libre destinación que tienen en su presupuesto municipal ordinario.
En materia de seguridad debe meterla toda para entregar la sede de la Policía Metropolitana, se asegure su funcionalidad y vías de acceso y salida a la ciudad y a los municipios metropolitanos. Que se inicie segunda torre del Palacio de Justicia. Y que se procure con tecnología y más unidades conjurar la creciente inseguridad urbana sin descuidar la rural.
Esperamos que Duque en sus postrimerías realice unos juegos bolivarianos exitosos para nuestra comarca y para el país.