Por lo general, todas las personas han padecido de los molestosos forúnculos o ‘nacidos’. Se trata de una inflamación causada por una infección bacteriana e irritación de la piel, y sus estructuras están ocultas o tras ella. Causa dolor y se detecta fácilmente a la palpación.
Los forúnculos empiezan con bultos rojos que crecen rápidamente, llenándose cada vez más de pus, hasta romperse o drenar toda la materia acumulada en la zona afectada.
Según el dermatólogo Álvaro Córdoba, “la enfermedad se llama forunculosis, es una infección profunda del folículo piloso, producida por una bacteria llamada staphylococus que entra en la piel, a través de los folículos del cabello y se multiplica en su ambiente húmedo y cálido. Los forúnculos también pueden transmitirse por contacto con una persona infectada, por medio de una toalla.
En la mayoría de los casos, sin embargo, otras personas que entran en contacto con la bacteria no presentan los forúnculos.
Lo ideal es que la persona que presente un forúnculo, se acerque a un especialista que le pedirá que se realice una serie de exámenes médicos, estudiará la higiene personal del paciente, mirará si es una picadura de algún insecto o si realmente se trata de un forúnculo y posteriormente iniciará un tratamiento con antibióticos”.
Las personas agotadas o que sufren de enfermedades como anemia, diabetes o infecciones que debilitan sus defensas naturales contra las bacterias, son las más sensibles a estos.
Aquellos que trabajan con sustancias grasosas, están propensos a presentarlos porque este material atrapa bacterias contra la piel.
Características
Estas afecciones pueden aparecer en cualquier parte de la piel, pero se presentan principalmente en la cara, el cuello, las axilas, las nalgas o en las áreas con cabello que sean más propicias para sudar.
Aunque estos varíen de tamaño, característicamente forman puntas blancas o amarillas; a medida que aumenta la infección, la punta se vuelve roja y se puede sentir caliente.
El exceso de líquido en los forúnculos, produce presión en los nervios que se encuentran debajo causando de esta forma un dolor considerable. Cuando un forúnculo contiene poca pus, se llama forúnculo ciego, es decir, la inflamación cede lentamente sin romperse y algunas veces deja cicatriz.
La persona puede tener fiebre y una sensación general de debilidad si el forúnculo es muy grande. En algunos casos la infección alcanza el torrente sanguíneo y se esparce por todo el cuerpo generando no solo un forúnculo, sino varios.
Tratamientos caseros:
1. Muchos se rompen y se curan por sí mismos; sin embargo, colocar un paño suave remojado en agua caliente sobre el forúnculo durante 15 ó 20 minutos, 4 veces al día acelera el proceso de drenaje.
2. Lavarse bien las manos, luego de tratar un forúnculo; además, lavar la ropa, toallas o paños que han tocado el área afectada.
3. La harina de maíz es un buen ingrediente para obtener alivio; se hace una pasta espesa revolviéndola con agua hervida, se aplica sobre el forúnculo; repetir el proceso varias veces al día, hasta que la pus empiece a sobresalir.
Por Pilar Peña Toloza