Por: Miguel Ángel Castilla Camargo
miguelcastillac@hotmail.com
Una nueva generación de colombianos se ha gestado. No son nerds, yuppies, marcianos,ambientalistas, progresistas, liberales ni conservadores. No pertenecen alaizquierda, la derecha, ni el centro. Ellos son únicos y no se identifican con ninguna de las plagas que ha dado la madre patria.
No le caminan a ningún ideal moderno ni les llama la atención la opinión de expresidentes, guerrilleros, paracos, narcos y nada que tenga que ver con demagogia barata. Les molesta profundamente el trabajo de proxeneta disfrazado que hace el director de la revista Soho, la actitud de mendigo de Navarro Wolfahora que no tiene trabajo, y les causa migraña que el presidente Santos hable de su mejor amiguito – así esté enfermito- como si hubieran jugado trompo en la niñez.
Y es que para estos rebeldes con causa, el turbante de Piedad,el Twitter de Álvaro Uribe y la cabeza del Fiscal,equivalen a una vieja con un negoción, a un hiperactivo que no arrullaron de niño, y a un calvo con pinta de loco. En pocas palabras, están mamados de los noticieros con diferentes noticias a diario, pero con los mismos personajes. Por eso,por cuestiones estrictamente mediáticas,no descartan que el padre Chucho remplace a Benedicto XVI.
Para ellos es más importante guardar un peo –pedo según los analistas- en una botella quehablar con el bollo perfumado de Obama, que en 69 horas y 24 minutos que estuvo de visita en Colombia no bajó la cisterna del baño.
Podría decirse que son bienanómalos, porque les molestan las mariconerías de Silvestre Dangond con sus pases de “huy viejo loco”. Hasta “Timochenko” les produce fobia por tener nombre de persona inteligente y ser a la vez tan bruto.
Son seres de carne y hueso que ven las carnicerías como un despropósito en contra de la pasión y el desenfreno.Por eso lesfascina hacer el amor con indias que guarden silencio en el crepúsculo de sus aburrimientos. Son una especie de filántropos que creen en Dios, el Espíritu Santo y la Virgen del Carmen, pero que no llegan al extremo argentino de pedir para que un jugadordel Junior de Barranquilla falle un penalti en un partido de futbol.
Detestan a las mujeres que duermen con perros, que ven el diablo en todas partes, y que no oponen resistencia ante un violador. Por el contrario, admiran a lasque gritan sus orgasmos para que se mueran de rabia sus vecinas.
Son originales, y ello facilita la reproducción de muchas copias. Conviven con nosotros de incognitosen un mundo donde todo vale huevo, en un país monotemático donde todos consumen carne, arroz, papa y jugo de cosecha; donde los benditos sábadosse repiten los mismos chistes. Es la gran Nación de Amparos con sus brazos erizados por las feromonas, de Merlanos prepotentes recontando sus 50 mil voticos, y de Garavitos desquiciados rezando 3 mil Ave Marías por cada niño asesinado.
Les fastidian los periodistasque siempre están dando pronósticos sobre vainas tan obvias como que en Venezuela se refugia la Farc o que doña Lina de Uribe se siente culpable por haberle regalado un BlackBerry a su esposo.
Esta fracción discordante de la sociedad, que no se ve un clásico de Millonarios y Santa Fe, así les paguen; les importa poco si Bill Gates defiende la causa homosexual o si una nariz puede condenar a Sigifredo. Para ellos es másrelevante una carne molida y un arroz de fideos, que las opiniones de Nicolás Maduro. Son tan distintos a los demás terrenales, que apuestan por el recobro de la memoria de AntanasMockus.
En pocas palabras son raros. Es más, la última modalidad atlética de colocar bombas, no los inmutó en lo absoluto.