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Que el Congreso le pida perdón al país

Columnista invitado:
Por: Gustavo José Cabas Borrego

Penoso e irreverente lo que vivimos los Colombianos esta semana que paso con la tan cacareada Reforma a la Justicia, al fin Macondiana nuestra historia, un episodio medio novelesco, muy distante de la realidad de un país democrático, como se supone que somos.
El gobierno se desgastó durante algo más de dos años, reuniéndose con las altas cortes y con muchas instancias sociales, para supuestamente conocer las falencias y necesidades de la Rama y entrar a plantear una reforma constitucional que pusiera fin a las fallas de la justicia.
Se discutió la reforma que, en su momento, presentó el futuro candidato presidencial del Gobierno Germán Vargas Lleras, y casi siete mil millones de pesos gastados en una reforma salvaje que frenó el gobierno por inquietud  del pueblo afectado y que en unas horas los mismos defraudadores deciden hundir.
Como ciudadano de bien nos asiste el deber de procurar contribuir de algún modo a buscar soluciones a los distintos problemas que aquejan al pueblo Colombiano; lo que cuenta es no ser indiferente a los que nos pueda suceder, pero a los honorables congresistas de este país le asiste el deber de informarse, responsablemente, para poder ser agentes positivos de una búsqueda y no, aún con su mejor intención, alimentar una decepción más dentro del esquema político. Los colombianos conocemos el precio de nuestro voto, pero ignoramos su valor y su fortaleza. El mismo voto que acompañó el triunfo de cada congresista sea el mismo con el que se castigue su futuro político en no seguir votando por quien fue irresponsable en su actitud.
Descalabro total, perdimos todos en Colombia por los congresistas y su conducta; lastima que no se pueda revocar el congreso como propósito de enmienda  a la dignidad nacional, para acabar el periodo de los legisladores, porque deben ser ellos mismos quienes aprueben el referendo que reformaría la Constitución y eso no va a ocurrir después, reconstruir  el sistema institucional y sus tres ramas de poder público que sin escrúpulos negociaron sus  principios. Reitero, el hundimiento no libera a los congresistas del atentado constitucional. La actuación de estos parlamentarios, tuvo al país en general durante varios días en un completo limbo jurídico sin precedentes.
Durante varias horas tuvimos un Presidente que pasó de ser el principal promotor de la reforma, a ser su máximo objetador, es por ello que lo mínimo que debe hacer el parlamento en pleno es reunirse en una sesión especial para que atraves de la televisión publica y privada le pida perdón al país, sería un gesto al menos conciliador y de respeto a la sociedad en donde se le diría al país que gracias a la inmensa mayoría de los colombianos esta sociedad no traga entero, y que lo que se busca es un mejor país, donde no haya favorecimientos amañados para quienes quieran asaltar nuestras instituciones.
cabasgustavo@hotmail.com

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