Lamentable la decisión tomada por la Alcaldía o la Gobernación de suspender las obras redentoras para la ciudad que se adelantarían en la glorieta del Pedazo de Acordeón al norte de la ciudad que resolverían el gran problema de movilidad de miles de personas que viven en “el otro Valle”, pero que necesariamente vienen al “Valle viejo” a hacer sus diligencias.
Sí, muy lamentable que se tomen estas clases de decisiones sin tener en cuenta la voluntad popular, que tan de moda está, y valdría la pena que se preguntara a la ciudadanía si quieren o no lo que -con bombos y platillos- nos habían anunciado para descongestionar el tránsito, la movilidad en general, modernizar la ciudad y embellecerla con túneles que ahora llaman depresivos, puentes y un poco de vainas más que tanta falta nos están haciendo y que son más importantes que cualquier otra Avenida que su construcción se puede aplazar.
Para nadie es desconocida la tragedia que significa ir al “otro Valle”, a cualquier hora: la congestión es horrible e inaguantable. Y cuando creíamos que ya todo se iba a solucionar, tal como lo anunció el doctor Orozco, nuestro flamante alcalde “nos cayó la gota fría” -esta vez muy helada- con la escueta noticia de que el sueño se acababa, pues la obra se suspendía.
¿Por qué? “No se sabe, no se sabe, no se sabe todavía”. No hay claridad en la noticia y parece que hay enormes intereses de poderosos que dijeron “no va”, hay que darle prioridad a otra, una Avenida, que pienso yo que de pronto beneficia intereses de algunos particulares.
En todo caso, con el aplazamiento de esta obra sigue estancado el progreso de la ciudad y las incomodidades, viacrucis o tragedia de los vallenatos continúan cuando van al “otro Valle”. No será posible señora gobernadora Elvia Milena o mi querido alcalde Ernesto “el que arregla esto”, que esa dolorosa decisión se suspenda y nuevamente tengamos la dicha y la esperanza de que Valledupar va a tener una macro obra que necesita desde hace mucho tiempo en este rápido y acelerado proceso de desarrollo, que sorprende a todo el mundo, pero que requiere que se construyan puentes y túneles para ponerse a tono con otras ciudades del país como Montería o Bucaramanga.
Ojalá estas reflexiones no caigan en saco roto y, repito, gobernadora y alcalde hagan el esfuerzo para revivir ese hermoso proyecto que le daría vida y transformaría en todos los aspectos al “Valle viejo” y al “Valle nuevo”.
¿Qué dice la Cámara de Comercio con su dinámico director, doctor José Luis Urón? ¿Qué opina el ahora columnista, excandidato a la Alcaldía, dirigente cívico y gremial y actual director de la ANDI, doctor Reyes? ¿Qué dicen los demás excandidatos a la Alcaldía María Isabel Campo y el doctor Quiroz, que después de las elecciones desaparecen e ignoran por completo los problemas de la ciudad a la cual aspiraron a gobernar y administrar?
¿Qué dice el doctor Montero, eficiente director de Comfacesar? ¿Qué dicen los empresarios del transporte? ¿Qué dicen los doctores Rafael Martínez Mejía y Jaco Guillén? ¿Qué opinan la Asamblea y sus mudos diputados como también los concejales de Valledupar a quienes nunca se les oye opinar nada?
¿Qué dicen, qué opinan nuestros honorables parlamentarios, ya sean senadores o representantes; no será que todo ese conjunto de poderes influyan ante la gobernadora y el alcalde para conseguir revivir ese proyecto que nos llenó de ilusiones? Yo creo que sí, y si tuviera poder de convocatoria trataría de reunirlos para oír en un foro público sus opiniones.
¿Qué dice el doctor Juan Carlos Quintero que tan acertado en sus conceptos en los editoriales de este periódico? ¿Qué dice el propietario de La Calle? Soñar no cuesta nada.
***
Desastroso y deplorable el estado en que se encuentra el ramal del aeropuerto Alfonso López. No será posible que la Alcaldía, la Gobernación, Invías o a quien le corresponda, inicie el arreglo de ese tramo, pues al son que va con el crecimiento de los huecos, más se demorará una persona en llegar al Centro de la ciudad que los que salen desde Bogotá a esta localidad. Ojalá que esta inquietud o denuncia tenga acogida y se proceda al arreglo de esa vía, pues hasta ahora he sido desafortunado y todas las iniciativas que he planteado para el bienestar de la ciudad, no han sido oídas, lo que me da entender que estoy vetado o no leen EL PILÓN, inadmisible en esta época donde los funcionarios públicos deben de estar informados de lo que acontece en su jurisdicción. Ojalá en esta pegue.
Por: José Manuel Aponte Martínez.