De primero para que no lo ‘mochen’: mil gracias a todas las personas que se acordaron de felicitarme en mi cumpleaños 81. Dios les retribuya con creces sus buenos deseos.
Ahora sí: desde los tiempos ‘de upa’ escucho que a nuestros parlamentarios no se les debe de reelegir por ineptos o por capricho y nunca pasa nada, siempre los mismos y con más votación en las nuevas elecciones, lo que me confunde, pero concluyo que sí sirven y que adelantan acciones por esta ciudad y el resto del departamento.
Lo que pasa es lo mismo de siempre: la inconformidad, el reclamo y las desigualdades hacen que ellos sean los ‘pararrayos’; siempre están ahí latentes y ahorita lo estamos viendo con las injustas manifestaciones de Aguachica y los otros municipios que se quieren ir del Cesar para conformar otro departamento.
Váyanse, nadie los va a atajar ni a lamentar, pero no sean desagradecidos que si hay municipios bien tratados son los del sur. Acuérdense lo que eran hace 50 años El Paso, La Jagua, La Paz, El Copey o Curumaní u otros norteños hubieran tenido las atenciones que se han tenido con ustedes. Razón tenían los magdalenenses en poner como condición para crear este departamento que teníamos que recibirlos porque ya ellos no los aguantaban.
Feliz viaje, aunque tengo que hacer la salvedad que en todos ellos tengo grandes amigos a quienes quiero mucho como Manuel Ángel Osorio, Pedro Solano, Jorge Luis Durán Rafael Noriega y muchos más, pero como yo, pasamos de moda y de pronto no estén de acuerdo porque conocen la historia, la cual desconocen, estoy seguro, los líderes del movimiento separatista.
Retomando el tema de la reelección o herencia de las curules, mientras el sistema legal tenga vigencia no hay nada que hacer, siempre con raras excepciones serán los mismos. Solamente prohibiendo la reelección y la herencia al menos de hijos y hermanos se acaba que elijamos a los mismos, porque nadie salta al ruedo para enfrentarlos, quieren llegar sin esfuerzos al estilo Farc; aquí hay muchos que quieren, repito, pero sin levantar una hoja y gastarse un peso, pero sin esfuerzos y trabajo, no dejan su cómodo ‘chicharrón’ y vociferan pero a puerta cerrada.
Candidatos los hay para todo y muy buenos, pero todo lo quieren en ‘bandeja de plata’ o por su bonita cara. Ahí están siempre los repito: Toño Maya, William Fuentes, Carlos Morón Cuello, Salim Saad, el inconforme Álvaro Castro Castro, el famoso médico internista e intensivista Fernando Iván Mesa Morón, otro médico con experiencia Álvaro Aponte, a quienes se los he oído decir, pero de ahí no pasan, les da miedo, que fue lo que no tuvieron Manuel Germán Cuello, Luis Rodríguez Valera, Alfonso Campo Soto y Ney Daza en el partido conservador, que se hicieron jefes y se impusieron.
Si nadie les hace frente, por miedo, siempre serán los mismos que se inscribirán y saldrán hasta con un voto porque no tienen contendores.
Y hablando de contendores, leí con deleite las cartas que se cruzaron Carlos Andrés Molina Araujo y Rodolfo Quintero Romero, donde cada uno desde orillas opuestas hacen planteamientos muy serios de la situación actual, proponen fórmulas y se invitan para buscar soluciones a los males que nos aquejan. He ahí un par de nombres que reúnen todos los requisitos para someterlos a los designios de la democracia; son inteligentes, no tan joven el uno ni tan viejo el otro, tienen historia, caudal electoral y platica ambos. Prueben a ver si son capaces de convencer a la gente para que los elijan y reemplacen a los de siempre. ¡Salgan, brinquen al ruedo, no tengan miedo!