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¡Qué barbaridad!

Es el colmo y me da mucha vergüenza tener que utilizar estos medios para expresar mi opinión en cuanto al sistema depredador que están utilizando en Valledupar con supuestos que dejan mucho que decir, de las empresas y entidades públicas que resultan involucradas en este grave atentado contra el medio ambiente, que directamente afecta la vida de los seres vivos.

Me da vergüenza porque tengo que hablar de entidades que deberían ser ejemplo para la sociedad y para todas las dependencias del Estado que conforman la institucionalidad oficial, que deberían ser garantes de los derechos que la humanidad tiene a vivir en un ambiente sano y libre de los riesgos que generan los desórdenes en cuanto a la conservación del medio ambiente y la protección de los recursos naturales no renovables, que son depredados por el ser humano.

En medio del embeleco de la empresa Electricaribe, comercializadora del servicio de energía en la Costa Caribe colombiana, con el supuesto de que los árboles son los causantes de los problemas que se registran en la región cuando se presentan los apagones, que según los entendidos son programados por sus operarios, están talando sin distingo alguno todo árbol que esté bajo las líneas conductoras de la energía eléctrica, dizque porque ocasionan corto circuito y sobrecargas en el sistema de transmisión.

No ha habido poder humano que haga entrar en razón a Electricaribe para que no siga cercenando la arborización que le dio a Valledupar el título de Ciudad Verde en años anteriores, y sigue irresponsablemente destruyendo el entorno que con tanto esfuerzo y amor por la naturaleza hemos construido los vallenatos y foráneos que gracias a Dios tenemos el privilegio de habitar en este inigualable terruño, que es quizás el más hospitalario y buen vividero del Universo.

Creo que será menester que la sociedad vallenata exija al Gobierno, a Electricaribe y a todas las entidades comprometidas en el sistema eléctrico, que cumpla con los acuerdos internacionales sobre redes eléctricas en lugares habitados por personas, donde deben instalarse en forma subterránea para minimizar los altos riesgos que implica la transmisión de energía eléctrica en altos voltajes a través de redes aéreas, tal como se está utilizando actualmente.

Recientemente visité como usuario al Idrecc, institución que atiende pacientes con limitaciones físicas y problemas cardiovasculares por hipertensión arterial, ¡y qué sorpresa!, los árboles que protegían el ambiente al frente de la sede, fueron cercenados en forma irregular y anti-técnica, lo que realmente me molestó y consulté a la directora (e), Nicolasa Martínez, para que me explicara por qué habían permitido tan aberrante acción y me respondió que nada pudieron hacer, pues había sido una decisión del Área de Medio Ambiente de la Secretaria Departamental de Salud, con el supuesto de controlar la presencia del mosquito transmisor del virus del Dengue y del Chikunguña en el sector.

Grosera mentira de quien se inventó semejante excusa, pues es sabido que este mosquito se reproduce en lugares donde existe agua limpia estancada y no en las ramas de los árboles. Muy pronto se cumplirá el vaticinio hecho por el compositor Julio Oñate Martínez en su canción ‘La Profecía’, que anuncia que Valledupar será un desierto como La Guajira.

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Crispín Eduardo Rodríguez Pinedo: