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Que al alcalde le vaya bien

Terminadas las campañas electorales y ya con los resultados de las elecciones en firme, no hay discusión de ninguna índole respecto a la legitimidad de la elección de Ernesto Orozco Durán como el nuevo mandatario de los Valduparenses y lo que sigue es organizar los temas de empalme y la construcción del gabinete que lo acompañará al menos por el siguiente año que es crítico pues es durante este periodo donde se diseñan los planes estratégicos para el siguiente cuatrienio.

En aras de la objetividad no se puede tapar la realidad y es el hecho que  recibe una ciudad caótica y con los problemas que ya todos conocemos y que no voy a repetir sino que me centraré en lo que a mi juicio serían las prioridades del gobierno de Orozco Duran, de lo contrario podríamos enfrentarnos a lo mismo sino se plantea una hoja de ruta seria y enfocada en desarrollar la ciudad para enfrentar los desafíos que se avizoran en el panorama nacional; en ese sentido la competitividad es la clave de todo el proceso y para ello el plan de ordenamiento territorial (POT) debe ser el principal reto para el nuevo concejo y la oficina de planeación para adaptarlo a una ciudad de más de medio millón de habitantes y con el potencial que promete, y en esa vía lo primero que debe tener en cuenta la administración Orozco Durán es que tanto el desempleo como la inseguridad son factores resultantes de unas variables consideradas madres, es decir, que las causas se deben identificar en otro escenario que de hecho ya lo están. 

Entonces, con este panorama claro, la ciudad se puede proyectar hacia dos caminos posibles, por un lado, que la actual estructura empresarial (que es raquítica) pueda crecer en términos absolutos, esto es, crecimiento en ventas y en productividad lo que traería por arrastre crecimiento del empleo y todo lo que eso conlleva y, por otro lado, que se atraiga inversión a través de la generación de las condiciones necesarias para ello y aquí nos devolvemos al inicio ¿Cómo se logra eso? La respuesta dependerá del liderazgo que le imprima el alcalde para hacer sinergia con cada una de las otras instancias de poder que de llegar a alinearse a la misma visión la ciudad se volvería imparable.

Dentro de las acciones estratégicas que debe abordar estarían entre otras la reestructuración del estatuto tributario, por supuesto es una labor del concejo, pero el alcalde puede presentarlo a la medida de los empresarios y comerciantes que serían unos importantes aliados en su construcción, la actualización del plan maestro de acueducto y alcantarillado y eso implica la papa caliente que tiene entre manos y se llama Emdupar, actualmente intervenida por la Superservicios que dicho sea de paso no hay otro camino que su liquidación, esta será una de las pruebas más difíciles que deba afrontar puesto que es una decisión que tiene efectos políticos pero en términos de su gestión deberá sopesarla. 

Adicional a lo anterior, se deben abordar temas sensibles como la movilidad en términos integrales (Transporte público masivo, regulación de tránsito, control al mototaxismo, semaforización y señalización) y lo más importante, cultura vial y malla vial la cual está destruida.

Si de verdad quiere sembrar la semilla para una transformación integral en términos de educación, debe devolver a la ciudad el esquema de concentraciones escolares y apostar a la jornada única y a la educación técnica, no tiene ningún sentido que un muchacho de Mareigua tenga que ir a buscar cupo en el Francisco Molina Sánchez, sus padres no tienen cómo costear el transporte ni el muchacho ve ninguna motivación en atravesar toda la ciudad a veces a pie o en bicicleta con lo que eso implica en términos de inseguridad; si queremos quitarle los niños y adolescentes a la delincuencia debemos ofrecerle una educación integral que incluya jornada completa hasta las 3 pm con almuerzo y que el estudiante tenga la opción de quedarse en el colegio practicando un deporte o alguna actividad cultural que le apasione.

En cuanto al crecimiento económico, la apuesta es preparar la ciudad para el turismo y eso implica la creación y fortalecimiento del Instituto municipal de cultura y turismo bajo una política pública de turismo que contenga inversiones estratégicas alrededor del río Guatapurí (parque lineal), y construir productos turísticos bajo un enfoque económico.

Todos queremos que al alcalde le vaya bien por el bien de la ciudad y si eso implica ayudar, pues se ayuda porque en el barco viajamos todos.

Por: Eloy Gutiérrez Anaya.

Categories: Columnista
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