Punto final de un capitulo que se cerró el pasado domingo 27 de octubre, a partir de allí se comienza a escribir otra historia que no sabemos en qué parará. Somos protagonistas de nuestra propia fábula que escribimos no convencidos de la realidad en la que estamos sumidos.
En alguna oportunidad comentamos sobre el tema de la firma de un famoso pacto de no agresión o de transparencia en las diferentes campañas, a partir de ese momento con la observación de la iglesia en cabeza del obispo, los candidatos supuestamente le bajaron el tono a discursos agresivos y planteamientos programáticos de comentarios pesados; sin embargo sus seguidores y asesores se encargaron, con lujo de detalles, de llenar las redes sociales de comentarios desobligantes, de muy mal gusto; pasquines de alto calibre.
Un ejemplo de esto las famosas columnas de “Nico Duba”, injurias, descréditos; y más allá deshonrar la familia de manera miserable.
A pesar de todo eso hoy el Mello Castro es el nuevo alcalde de Valledupar contra todos los pronósticos de encuestas, a la luz de resultados finales, bastantes desfasadas: 65% de Ernesto y 21% de El Mello. ¿Cuál es el punto final? La idea del análisis es que en medio de todo, polarizados como nunca, objetándonos cada uno en el análisis pues nos pensamos y creemos con la verdad absoluta; seguimos haciendo lo mismo de siempre, votando igual, escogiendo a los mismos una y otra vez, defendiendo lo indefendible.
Ya comienzan los análisis de expertos y las preguntas sobre si este será el alcalde que de verdad venga a poner orden en el Valle. Los ganadores celebraron, es obvio, incluso los que salieron a decir “yo no perdí, yo gané” hoy es fácil decir “Yo voté por el Mello”; montarse en el bus del triunfo.
Luego vendrán los ladridos, el maullar de lamentos. La reconcoma de que el Valle no sirve, que el alcalde ni saluda y que en esencia era verdad todo lo que de él hablaban. Vamos a poner orden dijo el alcalde electo. Esperemos le vaya bien, que cumpla sus promesas y al gobernador Luis Alberto Monsalvo que demuestre que lo hará mejor.
Si de eso tanto se ufana hay tantas obras, hospitales y estadios para demostrarlo. Nuevamente derrotadas las mujeres, no hay en el departamento elegida una sola mujer como alcaldesa, tristemente muy pocas salieron avante en el concejo y la asamblea.
No alcanzó Margarita, ni siquiera con Poncho, su papá, al lado. Excelente trabajo pero no le alcanzó. Sin maquinaria, sin plata, no le alcanzó. Un capítulo especial para Sandra Cujia, mi amiga, por su trabajo merecía credencial; Didier y Chichí cada uno sacó lo que quería, “se dedicaron a un árbol, cuando tenían todo un bosque por conquistar” no hay más análisis. “Siempre adelante, ni un paso atrás” dice nuestro himno, hoy más que nunca así debiéramos enfrentar estos retos políticos.
Colofón: la imagen de la celebración de Claudia López con su pareja le da la vuelta al mundo, en Bogotá ganó la mujer dicen a voz en cuello ¿es acaso esa su mejor representación? El masoquismo campea. Punto final, por ahora. Sólo Eso.