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Pumarejo y La Hermandad

La historia de un puente tiene tres fechas importantes: el día de la primera piedra que indica el cierre del proceso de contratación y financiero; el segundo, cuando se pone la última placa de concreto y da la tranquilidad de que todos los procesos constructivos fueron exitosos. Y el tercero, la inauguración, es decir, cuando se pone en marcha.

El puente Pumarejo tuvo su cierre constructivo el 13 de septiembre de este 2019 en presencia del presidente Iván Duque. Sin duda, se convertirá, en el ícono más importante de la infraestructura del país, será el más fotografiado, el que más aparecerá en las pantallas de los dispositivos móviles de los habitantes de Barranquilla y la región Caribe.

Tiene unas características realmente impactantes: dos calzadas de tres carriles cada una con 38 metros de ancho, su longitud es de 2.25 kilómetros y tiene 45 metros de altura. Se usaron 176.000 metros cúbicos de concreto, 12.900 metros de pilotes que equivalen a 66 torres Colpatria, y 33 mil toneladas de acero de refuerzo que corresponden a 4 veces y media de la torre Eiffel.

Importante definir qué se va hacer con el puente viejo, a mi juicio no se debe derribar completamente, solo la parte que estructuralmente lo permita, en toda la mitad, para posibilitar el paso de los barcos que llegarán hasta la zona industrial de Malambo y Ponedera. El resto debe dejarse como un gran mirador de colores o un espacio cultural con zonas de restaurantes y de recreación para apreciar la ciudad y el río Magdalena.

Lo más importante es la vía Barranquilla – Ciénaga. Después de muchas reuniones entre las Gobernaciones de Atlántico y Magdalena, el Ministerio de Transporte, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Invías, Invemar y todas las corporaciones ambientales se ha llegado a la gran conclusión que debe dividirse en dos grandes proyectos.

El primero es el que se debe hacer a través de la concesión que maneja la Gobernación del Departamento de Magdalena para que se haga una gran vía con las mismas especificaciones de ancho del puente sobre el río Magdalena.

El segundo proyecto es un paquete de viaductos de aproximadamente 4 a 5 kilómetros similares a los que están en la Ciénaga de la Virgen, a la salida de Cartagena.

Su diseño técnico ambiental debe permitir el vaivén del río Magdalena sobre el océano en los kilómetros 19 y 23 donde continuará eternamente un proceso erosivo, a menos que se quite la vía actual y el río pueda depositar los sedimentos en las zonas donde el mar Caribe hace un proceso erosivo, contrario a lo que se necesita. Se han perdido 500 metros de costa.

Solo cuando el río retribuya la erosión que ha hecho el océano es que habrá el sagrado equilibrio ecológico, que no se puede romper, pero fue lo que precisamente socavó la carretera que se construyó sin contemplar esta importante dinámica océano-rio. Entonces esta segunda parte de los viaductos es importante avanzar en su diseño y buscar que se financie.

Es importante resaltar la necesidad de un nuevo puente en el Caribe, también sobre el río Magdalena, y que hemos denominado el Puente de la Hermandad a la altura de Puerto Giraldo (Atlántico) y Salamina (Magdalena), que se debe complementar con una gran vía Fundación, Pivijay, Salamina, Puerto Giraldo, Sabanalarga. Ya sabemos que avanza el proceso de diseños y lo más importante es que podamos sacarla como parte fundamental del sistema vial de la Región Caribe.

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Eduardo Santos Ortega Vergara: