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Prudencia en las fiestas navideñas

Mañana comienza  la celebración de la navidad, con la expectativa que genera la realización de las novenas por la víspera de esta importante fiesta, la más significativa del mundo católico.
Por esta razón queremos volver a insistir en la necesidad de asumir una actitud prudente por parte de la ciudadanía, desde el mismo núcleo familiar, el vecindario, en el barrio, en el parque, en las calles,  para contribuir a que estas sean unas fiestas tranquilas, en paz y armonía.
Nuevamente, recordamos la prohibición de las autoridades a la comercialización y uso de la pólvora, principalmente la restricción de venderla a los niños que no miden el riesgo que estas representan, inclusive las aparentemente inofensivas “chispitas”.
Consideramos procedente suspender el porte de armas  para reducir el riesgo y la tasa de homicidios y lesiones personales, con motivo de las fiestas de navidad y año nuevo, y – en general- en esta temporada de vacaciones donde aumenta el consumo de licor.
Igualmente, la prohibición de venderles licores y cigarrillos a los menores de edad, como también hacer respetar el uso de establecimientos de diversión sólo por parte de las personas mayores de edad. Inducir a los menores a consumir licor atenta contra su desarrollo, ya que les afecta su rendimiento escolar y aumenta las probabilidades de crear en ellos una adicción temprana al licor, al cigarrillo y hasta a las drogas alucinógenas.
De la misma manera, reiteramos la obligación ciudadana de respetar a la autoridad, principalmente a la Policía Nacional, que debe realizar este tipo de controles, y – de manera especial- el que tiene que ver con no conducir vehículos cuando se ha consumido alguna cantidad de licor. Evitemos los riesgos de un accidente. En este sentido, es necesario que las autoridades intensifiquen los retenes, principalmente en las zonas de mayor consumo de licor para evitar la accidentalidad y obligar a estos conductores a entregar sus vehículos a personas sobrias o a utilizar el servicio de taxis de la ciudad.
La Policía Nacional, adicionalmente, en coordinación con la DIAN y las autoridades de salud, han iniciado una serie de operativos de control para impedir la comercialización del licor de contrabando, que representa un juego sucio para las finanzas del Estado, pero también, en el caso del licor adulterado, un riesgo altísimo para la salud por sus conocidas secuelas irreversibles.
En este sentido, ya es conocido que se debe comprar licor de origen legal y en sitios conocidos y que no presenten ningún indicio de adulteración en su envase o empaque o en su color, sabor y olor.
En estos casos de detección de la comercialización de licor adulterado se debe ser implacable con la sanción a los comerciantes que se atreven a adelantar estas prácticas; insistimos, atentatorias contra la salud de la población.
Todas las anteriores medidas, que tienen todo el sentido y la justificación, sólo son efectivas si cuentan con la debida comprensión y acatamiento por parte de la ciudadanía, de todos y cada uno de nosotros, principalmente de los padres de familias y los adultos, en general, que son quienes tienen que dar ejemplo ante los jóvenes y niños. De ese respeto a la autoridad y prudencia y autocontrol dependerá que tengamos unas fiestas tranquilas, en paz y armonía.

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