Por: Luis Napoleón de Armas P.
Por estos días he escuchado, de boca del alcalde Fredys Socarrás, el anuncio de tres proyectos muy importantes para Valledupar que no han tenido el suficiente eco en los medios. El primero se refiere a la movilidad y es la circunvalación oriental que bordeando la margen izquierda del río Guatapurí iría hasta el la terminal de pasajeros. Sería una doble calzada que haría parte del anillo vial, de gran agilidad para el tránsito interno y para completar el tránsito que se daría entre La Guajira y el Cesar, vía Hurtado San Juan. Por supuesto, esta vía podría convertirse, además, en una región turística cuyo espejo sería el mismo Guatapurí que deberá ser ornamentado y canalizado.
Esta vía, además, permitiría que la carrera cuarta sea de una sola vía pero que, complementariamente, debería ser bien definida con sus andenes y zonas de retiro; esta es una forma de darle atractivo urbanístico y social a ésta, signada por algunos estigmas conocidos por todos. El segundo proyecto alude a la eliminación de la poza de oxidación de Tarullal que permitirá convertir la zona en un gran centro ecológico y turístico donde sean posibles la pesca y el cabotaje, que tiene, también, un impacto sanitario positivo.La socialización de esta parte de la ciudad, sería la primera impresión que obtengan quienes ingresen a Valledupar, desde La Guajira y el oriente colombiano.
Un tercer proyecto, si bien es de origen nacional, la gestión del alcalde ha sido definitiva, esto hay que reconocerlo; el columnista debe ser objetivo en todas sus apreciaciones; se refiere a la construcción gratis de viviendas, de gran impacto en la calidad de vida de centenares de familias. El tercer anuncio se refiere al traslado de la plaza de mercado hacia un sector más amplio, con el doble efecto de socializar una zona deprimida de la ciudad, otra de sus puertas de entrada.
Con la recuperación del amueblamiento urbano y de la regencia del tránsito para el municipio, el alcalde podría inscribirse en el podio de los mandatarios ejecutores de obras. Los otros retos los tiene frente a los sectores de salud yeducación. En este último hay mucha tela para cortar, el alcalde tiene como lucirse ante el vergonzoso posicionamiento de la educación recibida en los colegios vallenatos, cuya calidad, en especial la pública, está en el umbral del ranking nacional. Para desarrollar esta tarea le decimos al alcalde que no está solo; el Centro de Pensamiento del Cesar, CPC, a través de foros y de la revista Enfoque Vallenato, está en esta tarea porque somos conscientes de que esta es de todos; lo que se necesita es depurar propuestas y unir voluntades. Una buena educación es la base de desarrollo de los pueblos, y mientras no contemos con un sistema de educación pertinente y eficaz, jamás saldremos atraso.
En salud, el otro pilar de una sociedad, casi todo está por hacer, al menos por organizar. Tenemos entendido que ya el municipio cuenta con su perfil epidemiológico, lo cual es, de suyo, una hoja de ruta. Así, no habría que improvisar, de este deben desprenderse todos los programas y proyectos sanitarios, lo que racionalizará todos los recursos, no podemos seguir disparando en la oscuridad. Con la desaparición de las EPSs, los entes territoriales tendrán mayor incidencia en la buena salud de sus ciudadanos; ahí, los burgomaestres tendrán la oportunidad de destacarse en el campo de la salud, pero a su vez, mayores serán sus responsabilidades. Manos a la obra señor alcalde.