Ser líder social en Colombia es poner en riesgo tu vida y la de tu familia. Basta con alzar la voz contra los bandidos, los actos de corrupción y abusos de poder para que te quieran silenciar. Ese es el caso de Mayerli Camelo, presidente de la Junta de Acción Comunal-JAC- del barrio Chiriquí de Valledupar donde ha denunciado hurtos a zonas de cesión. Por su labor ha recibido amenazas de muerte. Sigue sin ser escuchada y su vida está en riesgo.
Es dolorosa la situación que viven los líderes sociales en Colombia. Dedican su vida a trabajar por sus comunidades, sus barrios, sus JAC y la construcción del territorio sin recibir pago alguno. Algunos hasta ayudan a arreglar matrimonios y solucionan problemas de convivencia como buenos componedores. Aun así, son perseguidos por quienes incomodan, muchos de ellos, bandidos a quienes han dejado en evidencia. Qué labor más ingrata y desagradecida.
Me conmovió mucho el llamado de auxilio desesperado que hizo la líder Mayerli Camelo por la protección de su vida ante las amenazas que ha recibido. A Mayerli no la conozco, pero su voz valiente y aguerrida me representa. Es además una mujer cabeza de hogar, víctima del conflicto armado.
Yo no sé qué esperan las autoridades en cabeza de la Policía, Unidad Nacional de Protección-UNP- y la Fiscalía para proteger su vida. No sé si es que esperan que la maten para que salgan todos a lamentar su muerte, a hablar de la gran líder que era. Tal cual como paso con el repudiable asesinato del líder de la misma zona Alfonso Medina. Un héroe popular al que todos querían pero al que nunca protegieron a pesar de sus gritos desesperados.
Con cinismo salieron muchos políticos a lamentar su muerte, políticos de mucho poder que con solo una llamada al director de la UNP podían conseguir un esquema de seguridad para Alfonso Medina. Jamás lo hicieron, no les importaba. Políticos que tienen esquemas de seguridad que no necesitan porque no denuncian nada que pueda poner en peligro sus vidas.
Hay muchos otros también en Valledupar que no los conoce nadie, que no tienen riesgo de nada y andan con esquemas por ser el hijo de, el hermano de, el amigo de la persona con poder que le ayudó a conseguir un esquema. Hasta un candidato a la alcaldía que nunca ha denunciado nada, que no tiene riesgo de nada, inscribió su recolección de firmas con escolta de la UNP que no le soltaba el paso. En fin, la eterna inequitativa repartición de los recursos, unos teniendo sin necesitarlo y otros necesitando sin poder tenerlo. Puta impotencia.
Con el asesinato de Alfonso Medina, lo desaparecieron físicamente pero no desaparecieron su voz que permanece en Valledupar. Como Alfonso, a los líderes Yeisson Jácome y a Albert Camilo Mendoza Corzo también los asesinaron en Pailitas y Valledupar respectivamente. Este escrito también es un llamado a que sus crímenes no queden en la impunidad.
Las autoridades deben proteger con urgencia la vida de Mayerli Camelo y su familia. Los cobardes que la amedrentan con amenazas no se saldrán con la suya. Nadie tiene el derecho a vivir en la zozobra, menos cuando lo que realiza es la noble labor de servir a su comunidad.
Entre otras cosas, ¿qué han hecho las autoridades ante el robo de las zonas de cesión en Villa Jaidith? Hay denuncias que conoció la pasada administración municipal y que conoce la actual, con personas concretas señaladas. Pero las autoridades se han hecho de la vista gorda.
Por Ivan Lozano