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Prostitución, droga y comercio:Así es el sector El ‘Boliche’ en Valledupar

Por Carlos Mario Jiménez 

carlos.jimenez@elpilon.com.co

A mediados del siglo pasado la zona céntrica de Valledupar giraba en torno a la carrera 7a con calle 17, el sector recordado hoy cómo el ‘Mercado Viejo’ albergaba vendedores, negocios de ropa, personas desempleadas, meretrices alojadas en bares situados en la zona, y algunas viviendas. Con el pasar de los días se convirtió en El Boliche.

El Boliche, es el lugar donde una persona puede encontrar con cien pesos una aguja, un almuerzo con mil, o a su vez drogarse con un papeleta de bazuco del mismo valor, mientras tanto, un hombre puede encontrar el placer sexual con una mujer por 5 mil o máximo 20 mil pesos.

Reubicación 

La alcaldía de Valledupar y demás autoridades aseguran que los negocios en este sector no pueden funcionar por no cumplir con los requisitos en el uso del suelo.

Sin embargo, el asesor de la oficina de Planeación de Valledupar, Aníbal Quiroz Monsalvo, el predio de El Boliche, fue aprobado en un plan parcial del Plan de Ordenamiento del 2011, lo que indica que las personas allí situadas deben ser reubicadas y hasta el momento se le pidió al gobernador del Cesar ceder un lote del departamento, que está ubicado en el barrio Kennedy.

Recorrido

EL PILÓN ingresó a esta zona donde el peligro campea. Algunos locales sirven como dormitorio o casas provisionales de algunas personas desadaptadas de Valledupar, unos van en busca de un rato placentero y otros por droga o licor. Las papeletas de bazuco tienen precios de mil a 5 mil pesos, el alucinógeno compuesto de la base de cocaína es uno de los más perseguido; un licor artesanal conocido como ‘churro’, entrega su precio según su tamaño; una panchita vale 3 mil, una pipona 6 mil y una garrafa 12 mil pesos.

El tema más relativo y llamativo es la prostitución, un punto difícil de desaparecer. Algunas mujeres siguen ejerciendo la labor de entregar caricias y relaciones sexuales a cambio de dinero. Rita *, una mujer de tez blanca, un poco pasada de kilos, no se complica en su hablar, sí un hombre quiere estar con ella deberá pagar 30 mil pesos o puede hacerlo gratis; 25 mil para ella y 5 mil de la pieza, en caso que llegara a gustarle su cliente puede entregarse de manera gratuita; entonces el hombre solo deberá pagar el sitio donde intentará buscar el placer sexual. (*el nombre de la protagonista fue cambiado para proteger su identidad).

Los primeros habitantes

Una de las primeras habitantes del sector, Elisa Raquel Acosta Nieves explicó que en los alrededores del ‘Boliche’ estaba el bar de ‘Luz’, famoso por tener en sus barras y mesas, “las mejores mujeres. Ahí tocaba música vallenata en vivo Alfredo Gutiérrez, Los Corraleros de Majagual, Ismael Rudas, la orquesta de Hugues Maya…. y otra que pertenecía al barrio El Cañaguate, pero la de Hugues era la mejor”. La mujer de 72 años recordó “el hombre que ingresaba a ese sitio debía entrar encorbatado, ahí no entraba cualquiera, por el precio tan costoso de las niñas”.

El personal que ha se han establecido en los diferentes negocios siente temor por las características que rodean el sitio; los vendedores ambulantes tomaron más del 50 por ciento de la calle para exhibir su mercancía.

En enero de 1959, la familia Acosta Nieves conformada por Pedro León Acosta Herrera y Damiana Nieves escogieron un barrio localizado cerca al centro de Valledupar para vivir (venían provenientes del barrio Gaitán), con frecuencia a Pedro le gustaba estrenar casas, su trabajo como albañil le facilitaba hacer una nueva vivienda en poco tiempo y por tal razón cambiaba anualmente de sector, explicó Elisa Raquel Acosta Nieves, hija del hombre de 99 años que es ampliamente conocido en el barrio El Carmen.

Elisa explicó que lo conocido hoy como El Boliche “cuando llegamos aquí no existía”, su creación se dio pasado el año 1960, y simplemente es un sitio donde se consigue de todo, “hay casas buenas, regulares y malas. Mi papá fue quien inauguró este barrio (El Carmen), él empezó hacer casas…. si nos ponemos a echar mentiras decimos que Valledupar no tuvo vejez”.

Pedro León Acosta Herrera, está a punto de cumplir un siglo de vida, este aseguró que él era músico, y tocaba los platillos en varias orquestas, “yo era amigo de un padre, él me dijo que estudiara pero yo le dije ese negocio no es pa’ mi”. El hombre nacido en Villanueva, La Guajira, es el propietario de varias casas ubicadas en la calle 18B con carrera 5 de El Carmen, “a esto antes le decían la zona del mercado, ahora y que es la galería…. no sé”. La firmeza y credibilidad para hablar de don ‘Pello’ León Acosta (así es conocido por todo el sector) toma respeto cuando anuncia que está por cumplir 74 años de casado con su esposa Damiana Nieves el próximo 15 de mayo, sus gestos al pronunciar la fecha son de alegría y asegura “como todo el mundo me conoce, todos me saludas, yo conozco la historia de Valledupar y cómo nació este sector (El Carmen). Aquí me crié con mis esposa e hijos, por eso tantos años de amor”.

La hija de Pedro contó que cerca al mercado viejo pasaba una acequia, los propietarios de algunas casas eran; Luis Augusto Techas, Pedro León Acosta, Luis Beltrán, la del señor Bruno, ‘Chucho’ Quintero. “el boliche no existía aquí, porque estaba era el ‘Salibón’, una cantina ubicada en un hueco ahí donde ahora llaman el sector de Cinco Esquinas, estaba la fábrica de hielo y otros negocios. No existía ningún terminal, lo que pasaba era que las empresas transportadoras vendían pasajes en unas oficinas situadas por acá y en la madrugada pasaban a recoger los pasajeros”, Elisa Raquel dijo que antes el barrio no llevaba el nombre del El Carmen, “ese nombre nació cuando los cachacos comenzaron a celebrar la fiesta de la Virgen del Carmen, esto era Valledupar viejo”.

El Boliche industrial

Hace algunos años, a pocas cuadras de El Boliche, surgió el Bolichito, donde se encuentran talleres de mecánica, pintura automotriz, y reparación en general. Hoy este lugar ubicado en el barrio Kennedy tomó posesión del nombre ‘El Boliche Industrial’, allí las personas caminan sobre la acera en diferentes placas de aceite o grasa tirada al suelo por quienes hacen sus labores en pleno espacio público.

Ricardo De Lúquez, está hace más 41 años en el sector y asegura que por la zona ha pasado de todo, colegios, fábricas de muebles, entre otras empresas, pero la mecánica o reparación de carros se quedó con casi el 100 por ciento de los negocios. “aquí se consigue desde una aguja hasta un motor”, aseguró De Lúquez. El microempresario reconoció que la alcaldía de Valledupar ha hecho censos por el sector, “pero siempre quedan en preguntas, esto (El Boliche) es difícil quitarlo, existe en todas las ciudades del mundo”.

Puntos de vista

Paola Fragozo Pinto, Secretaria de Gobierno Municipal.“Estamos estudiando caso por caso de la zona, puesto que los proceso de reubicación requieren en primera medida un censo. Considero que hablar de este procedimiento requiere un diseño y una ejecución adecuada. Las respuestas apresuradas a las intervenciones de espacio público terminan siendo ineficaces”.

Eloisa Tamayo Arguelles, Secretaria de Salud Municipal.“Ya iniciamos todo el trabajo de inspección, incluyendo la zona de ‘El Boliche’. Sí llega a encontrarse un establecimiento en el sector del boliche que no cumpla con las normas higiénicas será cerrado”.

  • “Las respuestas apresuradas a las intervenciones de espacio público terminan siendo ineficaces”: Secretaria de Gobierno.
  • Hacia el año de 1974 existía en el Mercado Viejo de Valledupar un espacio denominado ‘La Piedra de los Varados’.

 

 

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