Plausible la apertura de la conmemoración de los 474 años de la historia de la ciudad de Valledupar con la realización del Conversatorio “Prospectiva de la cultura vallenata”, con una buena asistencia y una buena organización con intervalos recreativos de música vallenata en vivo y con panelistas y moderadores de conocido nivel intelectual.
Una temática oportuna por la urgencia que tiene el sector de que se le tenga en cuenta a la hora de presupuestar, no sólo para inversión en infraestructura, sino también en lo más importante como son los procesos. Procesos de investigación, de calidad, de capacitación, de formación, de promoción y de circulación.
Bien por las exposiciones sobre la historia y el presente de la cultura vallenata en general, siempre referenciando la importancia de la música vallenata tradicional y sus leyendas por su impacto en el reconocimiento de la región a nivel nacional y algo a nivel internacional.
Solamente escuché a Eduardo Santos, en un llamado de atención respetuoso, sobre la temática del título del conversatorio, el cual no se desarrolló en su significado en cuanto a planificación se refiere. Asumo la “prospectiva” como la planeación de diferentes escenarios a futuro, influidos por diversos entornos de desarrollo posibles con la aplicación de elementos circunstanciales distintos para cada escenario proyectado. Por ejemplo, no se tuvo en cuenta una variable determinante para el desarrollo de la cultura, como lo es el turismo. Esperaba que ese fuera uno de los escenarios de prospectiva propicio para el fortalecimiento del sector cultural, bajo un esquema de proyección turístico-cultural.
Otro escenario de planificación prospectiva posible, que igual se debería considerar, es el del aprovechamiento de la imagen universal con que goza el nombre del Premio Nobel Gabriel García Márquez con su gran obra literaria, en la que Valledupar y sus alrededores hacen parte del referente macondiano.
Son innumerables las citas del acordeón, de Francisco el Hombre, de la música vallenata y sus leyendas, en tan magna obra, la cual tuvo elementos de inspiración durante sus visitas a esta región vallenata: ¡Valledupar hace parte de la imaginaria Macondo! Revisen el primer párrafo de ‘Cien años de soledad’ y verán retratada la Aldea Macondo en el corregimiento de La Mina, el cual visitó cuando estaba escribiendo su libro ‘La casa’ (año 1952), cuyo título fue cambiado por “Cien años…” después de sus cercanías presenciales con la llamada “provincia”.
Otro escenario prospectivo que propuse, en una convocatoria ganadora de la Casa de la Cultura, en la administración de Tuto Uhía, y que aún está engavetada y perdida, es la inclusión de la Cultura, como un plano adicional de desarrollo, además de los tradicionales político, económico y social, incluyendo elementos vinculantes en la contratación como la implementación de programas de responsabilidad social empresarial y de fortalecimiento del capital social, con la participación activa del voluntariado en general.
Invito a que, con escenarios futuros de este tipo, y otros que se puedan construir, se logre la verdadera “Prospectiva de la Cultura Vallenata”.
Valledupar, enero 6 de 2024.
Por: Carlos Llanos Diazgranados