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Propuestas para lograr consensos

Las manifestaciones públicas realizadas en diferentes ciudades de la geografía, en el marco del Paro Nacional, han contado con la nutrida participación de los estudiantes, centrales obreras, campesinos, movimientos indígenas, entre otros, lográndose que el presidente Duque retirara el nefasto proyecto de reforma tributaria, y todo parece indicar que también logrará hundir la reforma a la salud, que se tramita en el Congreso.

Pero además de ello, la protesta callejera ha logrado que el reflector del mundo se enfoque en Colombia, un país que ha sufrido un conflicto interno durante más de medio siglo, cuya pobreza ha alcanzado proporciones inimaginables, con una aberrante desigualdad social y con gigantescos niveles de corrupción. ¿Qué más se ha logrado? Bueno: que   Duque, por fin, entendiera que no es el presidente de Venezuela, sino de Colombia.

Que su gobierno sordo ante el clamor nacional parece, ahora sí, dispuesto a escuchar las denuncias por la muerte sistemática de cientos de líderes sociales y ambientalistas, sumado a las masacres u homicidios colectivos de personas, las cuales hasta el momento gozan de absoluta impunidad. Con un deplorable 70 % de desaprobación de su programa de gobierno, Duque invita a los diferentes participantes del Paro Nacional, a una mesa nacional de concertación. 

También ha invitado al ELN para sostener diálogos en Cuba, es de suponer que el tema provoque urticaria a muchos de los llamados “purasangre” del Centro Democrático. Pero sí, finalmente Duque entiende que hay que buscar consensos en una Colombia que no aguanta más, que se cansó de esperar los créditos bancarios para enfrentar la pandemia evitando tener que cerrar sus negocios, una Colombia que está de acuerdo con la protesta, pero no con la destrucción y el saqueo; una Colombia que se cansó de los abusos de los últimos gobiernos, y de que los corruptos sean premiados con penas irrisorias además de la casa por cárcel, o con libertad por vencimiento de términos, que se cansó de los elevados salarios de los congresistas, y de no poder acceder a una empleo digno.

Se cansó de los impuestos a las pensiones y de los aumentos a la gasolina, así el precio del petróleo esté por el suelo; se cansó del derroche de los dineros públicos en obras de suntuosas, pero desatendiendo el tema del agua potable y saneamiento básico que se pide a gritos. Se cansó de la mala atención de las EPS y de la no cancelación oportuna de sus salarios a los trabajadores de la salud.

¿Qué sigue en adelante? Una vez enterado Duque que no es el presidente de Venezuela es necesario persuadirlo también de que no está en campaña. Pues eso de prometer gratuidad en la educación superior para los estratos 1, 2 y 3 no sirve si es por un semestre nada más, esa debe ser una política de Estado permanente y no transitoria, donde en lugar de pensar en armamento se piense en educación.

Debe implementar una política de austeridad y eliminar exenciones tributarias injustificadas, reduzca vía decreto los salarios de los altos funcionarios del Estado, incluido el suyo, y fusione algunos ministerios que en tiempos de pandemia tienen poco margen de maniobra, si no sabe cuáles, el exsenador Uribe le puede ayudar.

Por último, debe dejarle el programa Prevención y Acción al ministro de Salud, y dedicarse a visitar las ciudades para escuchar de primera mano las necesidades de la gente humilde. Haga de cuenta, que ya tomó posesión de su cargo, presidente Duque.

Notas de cierre: Damos la bienvenida a las Tiendas ARA, compañía portuguesa que ha creído en Valledupar. 2- Singapur, una invasión más, y tenemos al vallenato Malagón como ministro de la vivienda. ¡No hay derecho!

darioarregoces@hotmail.com

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