Los padres de familias de Valledupar han prendido la alarma, ante la proliferación de sitios para la prostitución en la ciudad.
“En cualquier rincón de la ciudad montan un local con música y venta de licores y le ponen un nombre, todo comienza así y a los pocos días ese lugar es un sitio muy concurrido en donde usted encuentra que todo es ilegal, venden de todo lo prohibido”, comentó un ciudadano del barrio La Granja, a dos cuadras del mercado público de la ciudad.
Para nadie es un secreto que, en algunos sectores de Valledupar, esos cordones de prostitución han provocado la estampida de los dueños de viviendas (familiares). Un ejemplo evidente es la que viven las familias que habitan entre la calle 17 con calle 19C con carrera 6.
Esas cuadras de día son una cosa y de noche son otra. Aparentemente de día se vive una vida normal y hasta transitable, pero de noche y los fines de semana ocurre una metamorfosis. Las esquinas de las calles se las toman las prostitutas, quienes ofrecen sus cuerpos a los “clientes”. También hacen su aparición los viciosos quienes expenden marihuana y otras drogas, según testimonios.
De norte a sur y de este a oeste la situación es complicada, las autoridades deberían tomar control para evitar que, en esos lugares, siga manteniendo la hegemonía del poder la drogadicción y la prostitución.
Reconocen mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan que, por el éxodo de venezolanos, los males se han disparado y la ciudad está sitiada de prostitución, pero le corresponde al Alcalde darle solución al problema.
El asunto es delicado, la ciudad requiere pronto una actitud proactiva del Alcalde y sus subalternos para erradicar los prostíbulos que, en su mayoría, tienen permisos de la secretaria de Gobierno Municipal. Lo grave es que el propietario de una heladería paga sus impuestos y a los pocos días cambia su razón social y lo convierte en una cantina o un burdel.
Incluso, mis consejeros periodísticos han venido denunciando que, a dos cuadras del mercado público, en la zona residencial del barrio La Granja, diagonal al colegio Prudencia Daza, funciona un prostíbulo disfrazado de un estanco, denominado “New York”. Según los habitantes del barrio La Granja dicho negocio funciona hasta horas de la madrugada en la carrera 12 entre calles 19B y 19C. Lo que piden los residentes es que revisen el sitio, porque todo indica que tiene permiso del secretario de Gobierno. Sería una gran irregularidad que el Secretario de Gobierno esté expidiendo permisos para unos establecimientos y los dueños pongan en funcionamiento otro negocio. Le corresponde a la policía verificar.
“En este sector prolifera la prostitución, las mujeres –en su mayoría venezolanas- se apostan en las esquinas a la espera de sus clientes, eso ocurre todas las noches y en horas de la madrugada y a pesar de las quejas nadie responde”, afirman. Hasta la próxima semana.
Por Aquilino Cotes Zuleta–tiochiro@hotmil.com