El Gobierno nacional modificó el régimen especial para la atención en salud de los profesores de Colombia. Dentro del nuevo modelo se cambiaron los operadores, por ejemplo, que entregaban los medicamentos a los docentes.
Sin embargo, estos cambios han generado traumatismos en todo el país. La semana pasada, un grupo de profesores del departamento de Boyacá viajaron a Bogotá para protestar por la mala prestación del servicio de salud. Valledupar no fue la excepción.
EL PILÓN conoció la queja de varios docentes por la mala atención, por ejemplo, en la nueva droguería, donde no hay ni sillas para esperar. “El primer nivel de atención lo maneja SAMI. Es una locura. No tienen capacidad instalada para los profesores. Dejan a los profesores por fuera porque la infraestructura es pequeña. No tienen organización para autorizar lo que el paciente necesita”, señaló una docente bajo reserva.
EL PILÓN conoció el testimonio de una docente recién operada que está sufriendo por las demoras para la entrega de medicamentos y autorización de citas dentro del proceso de recuperación.
“TOMARON EL CONTRATO SIN CAPACIDAD”
Los docentes también se quejaron porque deben empezar sus procesos o diagnósticos desde cero. “Eso es traumático. No tienen la infraestructura instalada para todo el municipio de Valledupar”.
Como lo anunció el Gobierno nacional, a inicios de mayo empezó a implementarse el nuevo modelo de atención médica para más de 818.000 afiliados al Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag).
Otro profesor contó que les niegan la entrega de medicamentos por “falta de contratación”. “Hay videos donde en el SAMI nos dicen que debemos ir a la Clínica Santa Isabel a transcribir la fórmula y en la Santa Isabel dicen que aún no hay contrato, que les demos la copia y ellos solucionan cuando les autoricen. Insólito. El paciente debe esperar hasta que a ellos les plazca autorizar”, relató.
Además, las instalaciones de la farmacia donde entregan los medicamentos no son las mejores. “Cuando llegas a la farmacia no hay sillas, están atendiendo en una mesa rimax. Muy cordiales las muchachas, pero ni para sentarse. Tomaron el contrato pero no están capacitados para la buena atención. Por eso siempre hay profesores tirados en el suelo”, señaló una fuente que sufrió por la atención regular.
Por Deivis Caro