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Productores esperan que pronto concluyan la “despulpadora fantasma”

El pueblo kankuamo está dialogando con la Agencia de Desarrollo Rural para la adjudicación de los recursos para la despulpadora.

Después de más de tres años sigue inactiva la despulpadora de frutas y verduras ubicada en el corregimiento La Mina, municipio de Valledupar. Esta obra que inició en el 2018 prometía más de 1.000 empleos para la comunidad de ese territorio y de las zonas aledañas. Sin embargo, hasta la fecha sigue sin funcionar debido a que las maquinas para el proceso de despulpado no fueron suministradas. 

Además de que hacen falta las herramientas, la infraestructura del lugar está sin terminar, lo que ha provocado que el recinto siga cerrado para los productores de mango y verduras del Cesar, según Jaime Arias, cabildo gobernador del pueblo kankuamo. De acuerdo con Arias se han adelantando las gestiones en los últimos escenarios de concertación y diferentes requerimientos al gobierno municipal, departamental y nacional para que se finalice la construcción del centro. 

Como “la puesta en marcha” de la despulpadora dinamizaría la economía de dicho corregimiento y le permitiría a los productores cesarenses “sacar mayor provecho” de las frutas cultivadas, se están adelantando conversaciones con la Agencia de Desarrollo Rural, para consolidar un proyecto por el cual se puedan acceder a los recursos de la nación para que se finalice la obra.

“La puesta en marcha de la despulpadora es una oportunidad de trabajo para todos los productores del pueblo kankuamo y del departamento, por eso estamos haciendo los esfuerzos para que el recurso sea adjudicado. Desde el año pasado venimos haciendo la gestión con la agencia, pero la pandemia de la covid-19 atrasó un poco el proceso”, comentó Arias. 

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Explicó que en mayo del presente año retomaron las conversaciones con la entidad para que la estructuración técnica de la despulpadora, los recursos para la compra de las maquinas y las terminaciones de la infraestructura sean una realidad. 

Así mismo, una estrategia comercial para que las frutas que sean despulpadas puedan ser comercializadas de la mejor manera, y que se amplíe el catalogo de productos que se puedan ofertar en el mercado local e incluso nacional. Agregó que esperan que este mes se siga desarrollando mesas de trabajo con la Agencia de Desarrollo Rural. 

NO PIERDEN LA ESPERANZA 

De acuerdo con Julio Ortega, cultivador de mango, la despulpadora sería “muy beneficiosa para el departamento” porque sería el único centro que les brindaría la oportunidad a los productores obtener un mayor provecho de los cultivos, y con esto mayores ganancias. 

Señaló que en el 2018 un alto porcentaje de los trabajadores del campo vieron “con buenos ojos” el proyecto y creyeron que comenzaría a funcionar a finales del año 2019, pero tres años después sigue sin la dotación y la infraestructura inconclusa. 

“Nosotros no perdemos la esperanza de que la despulpadora vuelva a funcionar porque ya se hizo una inversión, y no creemos que ese dinero se quede estancado en esas paredes sin producir. Deben dejar que nosotros les saquemos provecho a esa obra”, argumentó Ortega. 

José Ariza, productor de mango, aseveró que con la despulpadora se aprovecharían los mangos que se pierden en las calles, y que a su descomposición se convierten en criaderos de moscas. Señaló que con la obra todas las personas que tengan mangos en la región podrán llevarlos para que sean despulpados. 

Los productores de mango esperan que la obra empiece a funcionar este año.

“Será muy beneficioso para todo el norte del Cesar y sur de La Guajira el funcionamiento de la despulpadora porque disminuiría la cantidad de fruta madura que se pierde. Después de que el mango pase por el proceso se congela la pulpa y se puede enviar a las fábricas de alimentos e incluso exportarse”, comentó Ariza. 

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OPINIONES ECONTRADAS 

Conocedores del sector agricultor han expresado en reiteradas ocasiones a través de redes sociales su rechazo hacía la demora en la terminación de la despulpadora. En ese sentido, Hernán Gutiérrez, asesor de asuntos étnicos, aseveró que los cultivadores kankuamos y los de sus alrededores se encuentran “impotentes” ante el hecho de que la obra aún no esté en funcionamiento a pesar de que fue una promesa de campaña de la administración pasada. 

Al respecto, el exalcalde de Valledupar, Augusto Ramírez, respondió que “el componente de infraestructura quedó listo” y que el resguardo kankuamo tiene avanzado el proyecto para su puesta en marcha, por lo que pronto entraría en funcionamiento. 

Cabe recordar que en enero de 2019 el exalcalde de Valledupar entregó la obra física durante la celebración de los 469 años de la ciudad. Dicho proyecto ha sido esperado por la comunidad desde el año 2013.

Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN  

@namiibb

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