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“Primores de lo vulgar”: 50 años de la muerte de Azorín

Me llegan a la mente vagos recuerdos, mientras cursaba quinto año de bachillerato en Barranquilla, sobre este personaje de las letras españolas, quien mereció, en su momento, grandes titulares de prensa por la noticia de su muerte, a los 94 años. Fue la primera referencia que tuve de José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, quien registrara su cosmovisión literaria en su libro autobiográfico “Las confesiones de un pequeño filósofo”.

Por esos días no profundicé en su extensa obra, la cual hizo parte de la expresión intelectual de inconformidad manifiesta por la decadencia cultural y política de España y que fuera el sentir grupal de la llamada “Generación del 98” la cual fue bautizada de esta manera por el mismo Azorín debido a las fechas cercanas del nacimiento de quienes la conformaban, entre los que se encontraban hombres de letras muy representativas de la literatura española que hicieron época a principios del siglo XX: Azorín, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Miguel de Unamuno, Valle Inclán, Gabriel Miró y Antonio Machado, como principales integrantes del Grupo.Escribo estas líneas con base en el ensayo “Evocación de Azorín” que escribiera con gran sentimiento de admiración y cariño, con mucho conocimiento, el crítico literario, escritor y ensayista, Jaime Mejía Duque, fallecido en julio de 2011, quien me honró como depositario de varias de sus obras inéditas. Este ensayo fue publicado por el Fondo Editorial Universitario de EAFIT de Medellín.

Escritor prolífico, con más de 100 obras, en las que se destacan “Castilla”, “ Los pueblos”, “La ruta de Don Quijote” y “Las confesiones de un pequeño filósofo” y 6.000 artículos de prensa, en diferentes medios de España, Francia y Argentina. En 1947 en su “declaración jurada” escribió: “He escrito en un cuarto de estudiante, en la mesa de una redacción, en el campo, en la ciudad, en una estación, en la mesa de mármol de un café. He escrito por la mañana, por la tarde, prima noche, en las horas de madrugada, con el alba, con la aurora, a mediodía, a la tarde. He escrito estando bueno, con salud pletórica, enfermo, titubeante, sin sanidad y sin dolencia. He escrito con todas luces, con sombras y penumbras; con la luz de aceite, grata luz; con la luz eléctrica, agria luz; con la blanca y suave luz del gas; a la luz de las bujías, las románticas bujías”.

Alicantino, nacido en Monóvar el 8 de junio de 1873 y fallecido el 2 de marzo de 1967. El mayor de nueve hermanos en una familia acomodada. Quiso seguir los pasos de su padre como abogado y político; no logró terminar sus estudios de derecho pero sí desarrolló actividades políticas como diputado y funcionario público durante varios años. Lo embarga la pasión por la literatura y el periodismo por encima de la tradición familiar en el campo de las leyes. La producción literaria de Azorín, presenta diferentes ámbitos como el biográfico, el paisajista, el cosmológico, en una narrativa estilística difícil de encasillar, ya que, a pesar de su coherencia no se alcanza a dimensionar la relación estructural en lo que tiene que ver con la puntuación, el fraseo “asmático”, el régimen de múltiple adjetivación y su concepción cosmogónica. En sus escritos autobiográficos expresó: “Pero, ¿tengo yo todavía estilo? ¿Debo tenerlo? ¿Y para qué quiero tenerlo?”.

José Ortega y Gasset, contemporáneo de Azorín, pero de una generación posterior, se refirió con regularidad al sentir literario de Azorín, llamando su expresión como “Primores de lo vulgar”, como una manera de calificar la riqueza de la elementalidad de su prosa en un marco cercano a la perfección literaria, sin mayores aspavientos ni pretensiones maestras, con un contenido diáfano y asequible al común de los mortales y un manejo de lo nimio y lo cotidiano bajo un lirismo esencial que manifestaba su grandeza, haciendo eco a sus propias palabras: ”Los libros que yo leo son sencillos y claros. Detesto los libros largos y confusos (…)”. El mismo Ortega y Gasset hace apuntes sobre su permanente referencia a la negación del pasado y que Azorín expresa como un axioma propio: “Tengo la certidumbre, honda, inconmovible, de que todo es presente” y su sentencia: “Intentamos colocarnos en el pasado, y el pasado se nos convierte en presente (…) Y lo raro es que el presente no existe: el presente es apenas un punto perceptible”. Dice Ortega: “En Azorín, no es el pasado quien funge presencia y actualidad, sino el presente quien se sorprende a sí mismo como habiendo pasado ya, como siendo un haber sido”.

El ensayo “Evocación de Azorín”, trae en su solapa una pequeña sinopsis en la que se destaca el siguiente párrafo: “…Uno de los mejores aciertos de este ensayo es la demostración argumentada de cómo ese estilo, hecho de concisión y plasticidad, emana de una pulsión de querer ir al meollo de las cosas, de decir lo perenne bajo la superficie de la apariencia del acontecer…”.

Azorín ha sufrido el silencio literario de la crítica. Hoy no se referencia su aporte intelectual a las letras universales, a pesar de la influencia de su estética existencial frente a la ya referida decadencia intelectual y política de España en el ámbito internacional. Pertenece a la presencia de “aquellos escritores que van universalizándose al amparo de un consenso tácito, de una gloria callada, algo que se parece a la displicencia que al final de sus vidas ellos mismos adoptaron” (JMD). Se encuentra una referencia sobre el particular expresada por el mismo Azorín: “Ansiaba permanecer como borroso en la lejanía…”. Igual Mejía Duque expresa: “Se habla ahora menos de Azorín, sin embargo él está ahí, porque su éxito no es un éxito, es una permanencia… Andando siempre por ahí, en donde menos se busca, topamos con él”. Finaliza Mejía Duque su ensayo con el siguiente párrafo: “En últimas, Azorín ha sido uno de esos escritores cuya índole representativa de un país y una cultura no estriba sólo en su producción artístico literaria sino además, y con no menos relieve, en sus actitudes cívicas y en su humana receptividad”.

Valga el reconocimiento a los 50 años de su muerte.

Carlos Llanos Diazgranados
cllanosd@gmail.com

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