La muerte de los 8 policías en Neiva es la primera prueba de fuego para el presidente Gustavo Petro, quien hoy tiene una popularidad de 69%, evidentemente es el primer golpe a esa luna de miel que vive con los colombianos, agobiados especialmente por la violencia que amenaza la estabilidad nacional. Bajo la premisa de la paz total, Petro extiende la mano a cualquier grupo criminal con ideología política como el ELN o sin ideología, como los narcos del Clan del Golfo o a vándalos como los Primera Línea.
La intención del gobierno es admirable y audaz, demuestra que quiere hacer algo distinto a los últimos gobiernos y, en eso, debemos apoyarlo; buscar la paz en este país es de vital importancia, pero los sucesos actuales ameritan una estrategia un poco más amplia que implique garrote y zanahoria, el tema de la invasión de tierras por parte de comunidades indígenas y afros que no están respetando la propiedad privada y creen que porque la izquierda llegó al poder, tienen licencia para hacer lo que les dé la gana, es un fenómeno demasiado grave que puede crecer y, si a esto le sumamos, lo que están viviendo los ganaderos del sur del Cesar, prácticamente sitiados por los secuestros y la extorsión, lo que puede generar el reagrupamiento de grupos paramilitares, para terminar de llenar una laguna muy grande de sangre que pareciera no tener fin. Con un agravante, la licencia que piensa otorgar el gobierno Nacional a mandatarios locales para desarrollar diálogos regionales que pueden incluir zonas de despeje, un tema que los colombianos prefieren no recordar y puede salirse de madre.
Es el momento de decirle al presidente, Petro: amárrese los pantalones, explore las vías de paz, pero sin perder las fuerzas legítimas del Estado porque la población no puede quedar inerme ante una arremetida tan violenta como la que se está viviendo, recuerde que hay medio país que no votó por usted, pero que también debe representarlo.
La violencia tiene causas claras y sobrediagnosticadas, el negocio del narcotráfico, que ya se salió de proporción en el mundo y donde está causando más muertos es en Colombia. También hay que reforzar de lleno el discurso de legalización y promoverlo a nivel internacional, sumando países, para que por fin se aborde de otra forma el tema, es necesario que EEUU entienda que estamos cansados de poner tantos muertos, un problema que lleva más de 50 años y sigue creciendo.
El gobierno, con sus intenciones de paz que son muy válidas, está jugando a la ruleta rusa, algo muy peligroso que puede maniobrar ahora con la alta popularidad, pero a medida que se pierdan más vidas valiosas, como la de los 8 policías masacrados, la gente se va a ir cansando; además, la derecha está viva y coleando y se puede causar una inestabilidad institucional que ponga en entredicho todo el proyecto de Gustavo Petro. Es necesario agregar que esta semana, el movimiento del Pacto Histórico hizo de todo, desde las embarradas de la ministra de minas dejando a la prensa plantada con teorías de decrecimiento económico; la salida en falso del ministro del interior, Alfonso Prada, invitando a marchar a la gente para que le suban los impuestos; la borrachera del Senador Alex Flórez y el estado en temple (embriagado) del embajador Armando Benedetti, en fin, no parece Pacto Histórico, sino un Circo Histórico.
Por JACOBO SOLANO C.