Luis Alfredo López Díaz fue uno de los primeros moradores del barrio El Progreso de Valledupar, y según me contó la comunidad, gracias a él este sector cuenta con pavimentación.
“Fui cinco veces presidente de la Junta de Acción Comunal de este barrio, la comunidad no me dejaba salir pero me tocó porque me enfermé de cáncer y necesitaba atenderme”, contó don Luis.
Este hombre que nació en Galapa, Atlántico, pero ha vivido toda su vida en Valledupar, me contó que cuando llegó por primera vez a El Progreso, era un lugar muy abandonado.
“Acá no podía caer un sereno porque se volvía un barrial, era una dificultad salir o llegar a su casa por el barrial de las calles. Logramos la pavimentación que era indispensable para la comunidad, peleamos por los servicios públicos y aun seguimos teniendo problemas con la iluminación, todavía le hacen falta muchas cosas al barrio, pero creo que todo es poco a poco”, contó don Luis.
Luis Alfredo fue operario de maquinaria pero lo apasionaba el campo y no le gustó ser funcionario público. “Me contrataron en la Gobernación del Cesar pero renuncié a los pocos días, cuando vi la fila que le tocaba hacer uno para que le pagaran me fui. Yo siempre era muy afanado para buscar la alimentación y bienestar de mis hijos, entonces vi que era demorado y renuncié”, contó en forma jocosa este líder comunitario.
Don Luis es muy respetado en su comunidad y a sus 72 años asegura que se siente satisfecho por todo lo que logró para el desarrollo de su comunidad. “Me siento realizado y muy contento por todo lo que hice por mi barrio, a pesar que me gané ‘chicharrones’ jamás desfallecí y luché por lo que merecíamos”, afirmó.
Este veterano tiene tres hijos y está feliz en su vivienda junto a su esposa y los ocho nietos que lo visitan para alegrarle el día.