El Director del Ideam, Omar Franco, presentó los resultados del primer Mapa Nacional de Suelos Degradados por la Salinización y según este estudio la región Caribe es la más afectada por la salinización, que es un fenómeno relacionado con las actividades agropecuarias incorrectas, el turismo arrasador y el impacto del clima seco, y que pone en riesgo la seguridad alimentaria, la biodiversidad y los procesos productivos de esta región.
Esa noticia no es tan nueva, porque desde hace varios años se viene hablando de la desertificación de los suelos y sus efectos. Lo que sí es nuevo y a lo que hay que prestarle atención es que de las más de 14 millones de hectáreas afectadas por este fenómeno en Colombia, algo así como el 12,3 % de todo el país, los grados de salinización severos y muy severos se concentran en la costa Atlántica, en especial en los departamentos de Magdalena, Atlántico, La Guajira y Cesar.
La salinización, según el Ideam, se genera por un aumento o ganancia en la acumulación de sales, que se debe tanto a causas naturales: clima seco, erupción de cenizas, aguas con minerales salinos y zonas inundables, como a las actividades humanas. Y a esto se le agrega que hace un par de años, el mismo Ideam había hecho otros estudios, como el Estudio Nacional de la Degradación de Suelos por Erosión en Colombia, que aseguraba que en Colombia el 40 % de los suelos del área continental e insular está afectado por algún grado de erosión y el 2,9 % presenta erosión severa y muy severa. En este último caso, las funciones originales de los suelos —como la fertilidad, la regulación y almacenamiento de agua, la biodiversidad— fueron destruidas completamente, teniendo en cuenta que la erosión es una expresión de la degradación física de los suelos, que se traduce en la pérdida de superficie de tierra, llegando en casos extremos a la desertificación.
Por desalinización o por erosión, los suelos del Cesar están sufriendo y están degradándose de la peor forma, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria. Incluso, los estudios del Ideam muestran a un departamento del Cesar con los suelos con más degradación por erosión: el 81,9 % de los suelos del departamento y de ese porcentaje, 0,27 % es degradación muy severa y 11,6 % severa. Además, detecta el Instituto, que existen focos de erosión en la mayoría de los municipios del Cesar, especialmente en los del noroccidente, como El Paso, Bosconia, El Copey, Agustín Codazzi y Becerril.
En cuanto los factores que generan la desalinización, destaca el Ideam a las actividades agropecuarias inadecuadas, como la ganadería extensiva y el exceso de fertilización en los cultivos, los hidrotermales turísticos con disposición inadecuada de sus aguas, la minería sin control y la deforestación.
Se trata de la productividad de la tierra, la que deben revisar las autoridades ambientales y agropecuarias del Cesar con miras a garantizar un suelo apto para la tan anhelada reactivación agrícola de la que tanto se habla.
Y a estos dos problemas, se le suma el uso inadecuado al suelo, que según el Ideam se ve con preocupación en Cesar, Córdoba, La Guajira, Atlántico, Magdalena y Sucre, que están entre los departamentos con más del 70 por ciento de sus áreas con algún grado de erosión. El 29 por ciento del país cuenta con conflictos de uso del suelo, es decir terrenos que no son utilizados según su vocación. De este total, el 16 % es por sobreutilización o sobrecarga agropecuaria, y el 13 %, tierras en donde se desperdicia el potencial.