La falta de garantías para el periodismo de investigación sobre los temas álgidos del país, principalmente los de corrupción y grupos armados, ha llevado a que los comunicadores y los medios apliquen una medida de protección que trasgrede su esencia y repercute en las audiencias: la autocensura.
Esta es una preocupación de la Fundación para la Libertad de Prensa, que registra un incremento de las amenazas que este año suman cien casos (un incremento de 48 % en comparación con el 2017). Estas cifras agudizan el ya oscuro panorama de los líderes sociales de las regiones, sobre quienes sí se han materializado las amenazas.
Los casos de periodistas y líderes sociales han despertado la solidaridad internacional. Recientemente, por los riesgos a los que constantemente se enfrentan en el ejercicio de su labor, los representantes de cinco embajadas con sede en Colombia (Alemania, Canadá, Países Bajos, Reino Unido y Suecia), de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de la Delegación en Colombia de la Unión Europea, se reunieron con miembros de la Fundación para la Libertad de Prensa y un grupo de periodistas nacionales y regionales para conocer de primera mano los detalles del incremento en las amenazas a la prensa que se denunciaron el pasado 11 de julio.
Luego de ese encuentro, los representantes de 19 embajadas y organizaciones internacionales expresaron públicamente su preocupación, solidaridad y respaldo a los periodistas. Además, recordaron a las autoridades del orden nacional y regional su responsabilidad de garantizar la protección de todos los periodistas. “Una prensa libre, con garantías plenas para ejercer su profesión, es un elemento y valor fundamental de una sociedad democrática”, dice un comunicado conjunto.
Aunque sí hay amenazas en diferentes regiones del territorio nacional, el departamento del Cesar no reporta ningún caso porque la mayoría de medios han optado por la autocensura y solo reciben quejas de inconformidad de los funcionarios porque no se dice lo que quieren en algunos temas polémicos.
En estos días las amenazas se han centrado en periodistas de los grandes medios nacionales, intimidaciones muy mediáticas a través de las redes sociales, que además de silenciar a la prensa lo que buscan es seguir sembrado el miedo en nuestro polarizado país.
Ante ese panorama concluimos que surgen dos derroteros. Primero, las autoridades deben ofrecer más y mejores garantías de seguridad para los periodistas. Segundo, la prensa en las regiones debe llenarse de valor y mantenerse en la línea del periodismo investigativo, que critica, denuncia y confronta los problemas de corrupción y de violencia que tanto daño le están generando al país.